Angelín el cariñosu
Angelín, el cariñosu, es un personaje típico de novela romántica porque estoy seguro que su incontinencia amorosa lo hubiera llevado a buscar aventuras en los lugares más insospechados y recónditos del universo. Sin embargo no hubiera aparecido en estos relatos si no fuera por el contratiempo que tuvo en sus cortejos amorosos con Escolástica, la sobrina de don Valentín, el cura de Vega. Continuar leyendo »
Llamas es un pueblo del Alto Aller que está enclavado entre Collanzo y Casomera, es una parroquia grande porque a ella pertenecen todos los pueblos y caseríos de la zona de Conforcos. Este es el valle donde nace el río Aller, es uno de los lugares más ecológicos y paisajísticos del Principado de Asturias. En este valle se encuentran las famosas Hoces del río Aller, los mejores hayedos de Asturias y las pocas parejas de urogallos en libertad que aún quedan en la península. Continuar leyendo »
La cantina de la estación del Vasco- asturiano en San Salvador es uno de los lugares que frecuentábamos habitualmente la gente joven del pueblo, pero de una manera especial los que estábamos estudiando fuera, que aprovechábamos durante las vacaciones para pasar el rato en la tertulia de Prada. Continuar leyendo »
La Virgen del Rosario, Bartolomé Esteban Murillo (1618-1682)
Museo nacional del Prado, Madrid, España.
La conmemoración de la fiesta de Nuestra Señora la Virgen del Rosario fue instituida por el papa san Pío V en el día aniversario de la victoria obtenida por los cristianos en la batalla naval de Lepanto (1571), victoria atribuida a la madre de Dios, invocada por la oración del rosario. El papa designó el siete de octubre de cada año para conmemorar esta fiesta cristiana. Es una invitación para todos a meditar los misterios de Cristo, en compañía de la Virgen María, que estuvo asociada de un modo especialísimo a la encarnación, la pasión y la gloria de la resurrección del Hijo de Dios. Continuar leyendo »
Las Inquietudes científicas de Juaco el de Soto
Presumía Prada de conocer cada rincón de la comarca y los cuentos más atractivos de los personajes graciosos que allí vivían. Prada gozaba contando las historias y las inquietudes filosóficas de un paisano que los de la comarca llamaban Xuaco el de Soto. Continuar leyendo »
Ramonín el pobrecillo valiente
Ramonín el de Cuérigo era uno más de estos personajes que forman el retablo del paisanaje del alto Aller. Aparecía todos los viernes que era mercado en San Salvador en busca de limosna. Tenía su propio recorrido selectivo y seguro por las casas de los vecinos. Comenzaba por la rectoral, porque él venía andando desde Cuérigo, y ésta era la primera casa del pueblo que se topaba. Desde aquí hasta al mercado iba recorriendo las viviendas que él sabía más caritativas, de esta manera recalaba a media mañana en la fonda de los Petimalé a recibir las once. Visitaba todos los comercios y chigres pidiendo limosna, cerraba su recorrido siempre comiendo en casa de la familia de doña Fermina y allí se unía a los demás pobres conocidos que habían venido al mercado. Todos ellos sabían de la buena acogida y cariño que la familia de doña Fermina les dispensaba. Continuar leyendo »
Agustín, el carnicero, como psiquiatra circunstancial.
Algunas veces resulta difícil resistirse a la evidencia de los hechos, que tienen que ver con la falta de coincidencia entre las aseveraciones científicas con la experiencia popular. Me estoy refiriendo a los hechos que ocurrieron en Collanzo, pueblo que está situado a siete kilómetros de San Salvador camino del Puerto de San Isidro, y que tienen que ver con el tema que acabo de introducir.
En Collanzo vivía un muchacho de unos veinticinco años que todos en el pueblo llamaban Pepín, el de la Iglesia, porque vivía cerca de este lugar, pero era un rapaz que había pasado desapercibido en el lugar hasta que protagonizó una serie de percances de falta de cordura, con los que terminó con sus huesos en la Cadellada de Oviedo, que era como se llamaba al Psiquiátrico Provincial. Desde este desenlace comenzaron a llamarle en toda la comarca Pepín, el loco. Continuar leyendo »
Quién más pobre que mi hermano
De las conversaciones con la abuela Mercedes
-Abuela, ¿por qué no nos cuentas más historias? – Le dijo su nieta Magdalena
-¿Qué queréis que os cuente, hija mía ?. – Respondió ella -.
- Cuéntanos, – respondió Magdalena -, ¿ por qué dices que tu abuelo era rico y tú eres pobre ?.
Eso es muy largo de contar, pero voy a intentar explicar que siempre anduvo la riqueza rondando nuestra casa para luego dejarnos plantados. Sin que por ello nos faltara la felicidad en ningún momento. Continuar leyendo »
La expresividad hecha mujer
Colasa formaba parte del paisanaje del pueblo de San Salvador. Su simpatía, su ingenio, su llaneza y su naturalidad ante la vida la hacen atractiva y singular entre el vecindario.
Colasa es una mujer de aspecto voluminoso, de altura normal y de atuendo descuidado. Tiene la cara redonda, grande y gorda como una pamesta de pan de escanda. Sus ojos vivarachos bailan al son de sus palabras y peina el pelo lacio con brillantina. Es ancha de hombros y esta proporción se prolonga hasta las rodillas rollizas. Tiene el carácter alegre, extrovertido que muestra con una sonrisa permanente en el semblante. A los niños, compañeros de sus hijos, siempre nos acogió en su casa con paciencia y cariño a pesar de las necesidades que pasaba. Continuar leyendo »
La fe no era tan ciega
Sinforosa es otro de los personajes que sobresalían en el pueblo por la merecida fama que consiguió a base de apoderarse de lo ajeno. Cuando yo la conocí ya era una mujer entrada en años, pero ya tenía muy acreditada la costumbre antes mencionada. Cuentan en el vecindario que tenía la mayor y mejor colección de paraguas de la comarca como fruto de sus pesquisas. Los domingos lluviosos aprovechaba la confusión, por la aglomeración a la salida de la iglesia, para incrementar los ejemplares de su relicario.
Forosa era pobre de bienes y de espíritu, como decían en el pueblo era un poco faltosa . Esta carencia de sentido la conducía a muchas de las situaciones singulares que producía. En ella la inocencia y la picardía no tenían frontera. Cuando necesitaba algo lo cogía, cuando quería decir algo lo soltaba. Igual ordeñaba la vaca del vecino cuando necesitaba leche, que le decía al cura del pueblo que se había quedado preñada sin querer. Continuar leyendo »