«El Ummo Ciega Tus Ojos»
Mi egipcio es especial,
qué olor, señor.
Tras la batalla
en que el amor estalla,
un cigarrillo
es siempre un descansillo
y aunque parece
que el cuerpo languidece,
tras el cigarro crece
su fuerza, su vigor.(«Fumando Espero», letra de Félix Garzo y música de Joan Viladomat)
Con algo de miedo a una Ley Antitabaco -penúltimo rabotazo de este gobierno malherido- con clara vocación de pisotear colillas y ciudadanos, me atrevo a rememorar, bien sea tímidamente, la estrofa menos conocida del «Fumando Espero«, tango sicalíptico que en 1922 se convirtió en el himno rebelde y calavera de la juventud perdularia y tragahumos de Barcelona. Empero, no es prudente ir más allá. La corrección política y el miedo a tener el teléfono intervenido o a ver mis cuentas bancarias controladas y mis declaraciones de impuestos auditadas, han cohibido el deseo de reproducir el elogio a un Cohiba insigne, recurrente leit-motiv de las coplillas atabacadas que cantaban los reclutas franquistas de 1960, pica al hombro, ensalzando el «caliqueño» inacabable al cual daba yesca una transpirenaica de nombre «Dominique», hembra militarista y nicotinizada, cuyo perfil bastaría para desencadenar las cóleras y decretazos de todas las endiosadas diosecillas que nos desgobiernan desde el Olimpo más atiborrado de ídolos que jamás hayan conocido los contribuyentes paganos de esta Hispania sin Viriatos. Read more »