La milonga de “Por el bien del Partido”

Cuando en la pasada legislatura veía actitudes y comportamientos que no casaban con el ideario de lo que debía ser el Partido Popular y que podían tener un coste electoral evidente, la respuesta de la “estructura” del partido siempre era la misma, “No digas nada por el bien del Partido”.

Cuando los votantes que pasaban por el despacho del parlamento te denunciaban actitudes, comportamientos y decisiones de consejeros “poliédricos” y que yo entendía que debían ser corregidas, la respuesta era “No digas nada por el bien del partido”.

Cuando tenía que defender actuaciones del gobierno en casos como Ecomasa, plan eólico, o en las comisiones de investigación y no recibía la información necesaria, en algunos casos hasta me la escondían y denunciaba esas actitudes, la respuesta era siempre “ya sabes como es Palomares, pero lo mejor para el partido es que no digas nada”.

Cuando surgió la polémica ficticia sobre la financiación de Valdecilla y solicitaba a la consejera responsable las directrices de como responder a las mentiras de la oposición, la respuesta fue un sonoro silencio que te impedía responder adecuadamente a las manipulaciones de los Regionalsocialistas, y cuando protestabas por ese silencio absurdo la respuesta era “NO digas nada por el bien del Partido”

Cuando presuntos compañeros míos, durante los 4 años de legislatura, se dedicaron más a conspirar para mantenerse en las listas, llegando incluso a dar información de nuestra estrategia en alguna comisión de investigación a algún medio de comunicación que publicaba “esas primicias” y siendo cazado por ello, e informada “la estructura del partido” la respuesta fue : “No digas nada por el bien del partido”.

Yo sabía que todos esos silencios tenían un coste electoral pero pensaba que el coste sería mayor si se conocían esas actuaciones, así que asumí como cierto que debía callarme “por el bien del partido”.

El resultado final de 2015 ya lo conocemos todos y yo me fui de la política con la frustración de creer que tapar y silenciar los errores, a la larga, en política traen malos resultados electorales.

El año y medio posterior, “por el bien del partido” me mantuve totalmente apartado de la política y en silencio, tanto, que la responsable de organización del partido fue incapaz de ponerse en contacto conmigo ni una sola vez, cosa que sí hizo Nacho, ni siquiera par tomar un café.

Pero cuando supe que la candidatura que quería asumir el control del partido estaba formada mayoritariamente por los protagonistas y responsables de la coletilla “por el bien del partido”, no me quedó mas remedio que intentar evitar lo que sabía que pasaría si ganaba la candidatura de Buruaga.

Tristemente se están cumpliendo mis predicciones, han logrado en tiempo record destrozar el partido, excluir a los que les pueden hacer sobra o tienen principios, y utilizar la coletilla “Por el bien del partido” para pedir que no se denuncien las abrumadoras irregularidades del Congreso Regional.

Pero ya no cuela, las trampas y la manipulación no se pueden silenciar “por el bien del partido”, si queremos recuperar la fortaleza del PP debemos ser inflexibles e implacables con las actuaciones oscuras, eso si es trabajar “ por el bien del partido”.

P.D.

No deja de tener su gracia que, los mismos protagonistas de las historias menos edificantes de la anterior legislatura, me quieran expulsar del partido al que pertenezco desde hace 32 años

                                                                                                                                 ¡POR EL BIEN DEL PARTIDO!

A eso le llamo yo Justicia Poética.

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