Sueldo fijo de 59.000 € y un variable de 50.000 € mas en uniformes

¡Pues ya está aquí la nueva forma de gobernar!, ¡lo que he tenido yo que escuchar, leer y soportar sobre mi sueldo de Diputado de 37.500 € de los próceres de la progresía tuitera y demás trolls!…

Que los políticos cobraban mucho, que no hacían nada, que cualquiera sin formación ni experiencia cobraba un dineral, que quítate tu que ya me pongo yo cobrando la mitad, que mientras que “los niños pasan hambre” a los políticos se les regalan teléfonos, tablet y entradas para los toros, y así podría seguir con la “ristra” de mensajes demagógicos de todos estos que ahora están en el poder como diputados, asesores, cargos de confianza, nuevos cargos creados a dedo o de directores generales.

Todos estos que decían que los políticos debían cobrar menos, son los que ahora van a cobrar lo mismo o más justificándose en que ellos “son el pueblo” y tienen que vivir dignamente.

Y esto nos lleva al fundamento del debate demagógico que tan estupendamente les ha venido a estos “solidarios” en la oposición, pero que ahora en el poder y en la moqueta les deja retratados cruel y miserablemente.

Siempre he creído que la política debe estar dignamente remunerada por un principio fundamental: si queremos que los mejor capacitados y los mas preparados asuman una responsabilidad política, tiene que compensarles, al menos económicamente, abandonar su actividad profesional para asumir, de forma temporal, un cargo político que está trufado de incertidumbre, en una sociedad cainita y que intentará fagocitarles cuando ya no ostenten cargo alguno.

La estrategia de desprestigiar la labor política trae como consecuencia que los que decidan dedicarse a esto sean los que no tienen nada que perder, aquellos cuyo primer día de cotización a la seguridad social es el día en que le nombran cargo público, los que nunca han tenido ni oficio ni beneficio y que jamás, en su vida fuera de la política, van a volver a tener ingresos por su cuenta, no ya de director general por 59.000 € sino de sueldos de 37.500 € de diputado.

Y esto tiene un grandísimo peligro, y es que las decisiones que tomen esta “nueva casta” de políticos demagogos e hijos del populismo poco tenga que ver con el interés general y mucho con otros intereses más prosaicos.

Y es que la demagogia de los sueldos nos esconde la realidad del “coste de oportunidad” de los buenos gestores y el coste infinitamente superior a su nómina que pueden suponer las decisiones “de gobierno” que tome esta nueva casta política.

Siempre pongo como ejemplo al que fue ministro de economía con Zapatero, el señor Solbes. Su sueldo como ministro era de unos ridículos 65.000 € aproximadamente, si ridículos, teniendo en cuenta que tomaba decisiones sobre una economía que mueve, más o menos, 120.000.000.000.000 € cada año (120 billones de €)

Esto significaba que su margen de cometer errores era mucho más caro para los españoles que su sueldo paupérrimo de 65.000 €. Si no se está a la altura del cargo se pueden cometer errores como el que cometió Solbes, vender un tercio de las reservas de oro de España a un precio de 550 $ la onza, mientras otros ministros europeos, como el alemán o el italiano, decidieron no hacerlo ante el ciclo alcista del oro para venderlo años mas tarde a 1.500 e incluso 1.800 $ la onza.

Esta decisión de Solbes le costó a España 3.000.000.000 €, es decir en un año, la incompetencia en la gestión de un ministro nos supuso a todos nosotros un coste de 3.000.065.000 € ¡PEDAZO DE SUELDO!

Acercándonos ahora a Cantabria, la “nueva casta” que antes criticaba los sueldos y los gastos ya está empezando a demostrar lo que valen y lo que nos van a costar y, aunque no son ejemplos tan escandalosos como el de Solbes, si “podemos” empezar a conocer cuál va a ser el coste de esta nueva hornada de políticos.

El jueves 24 de julio de 2015, se publicó en el Boletín Oficial de Cantabria, la primera y hasta ahora ¡Gracias a Dios! La única decisión del nuevo director general de “servicios generales” (Para entendernos el cabo furriel de la mili más o menos) de adquirir por el procedimiento urgente, y negociado sin publicidad, 50.000 € en nuevos uniformes y camisetas para los funcionarios a su cargo.

Este director general tiene un sueldo de 59.000 € y pueda que parezca mucho, pero siguiendo mi criterio expuesto aquí, a mí no me parece ni mucho ni poco, porque lo que me importa es “la productividad” que genera.

Si con ese sueldo consigue, como se consiguió el de la anterior legislatura, reducir los alquileres de las oficinas en 3.500.000 €, me parece un sueldo bajísimo, pero si el actual toma como primera decisión gastarse prácticamente lo mismo que él va a cobrar en un año en adquirir nuevos uniformes que claramente no son necesarios, su remuneración no está a la altura de su capacidad y supone un gasto excesivo.

Seguro que tendremos nuevos ejemplos que demostrarán como esta “nueva casta” política supondrá un coste mucho mayor que su sueldo a los ciudadanos de Cantabria, aunque algunos saquen provecho de su incapacidad o desidia en la gestión de lo público, como seguro que lo harán las empresas de camisetas, chandals, folletos, anchoas, banderas, calendarios, libros, catering, eventos, …etc.

La proliferación de los «Partidos Cuñao»

¿Nunca os habéis preguntado por qué los nuevos partidos que tienen “todas las soluciones”, cuando tienen la oportunidad de gobernar, prefieren seguir en la oposición?…

La respuesta es muy sencilla, por que son “partidos cuñao”.

Todos tenemos, o hemos sido, un poco “cuñaos” siempre, en esas reuniones familiares en las que le ponen pegas a tu nuevo coche, que si él lo hubiera comprado más barato…, que si no tiene suficiente potencia…, que si los coches japoneses tienen más fiabilidad…. Lo mismo si hablamos de teléfonos móviles, de restaurantes, de viajes o de cualquier cosa que pueda ser comparable con “tu cuñao”.

Pero al final, en la siguiente reunión familiar ves que tu cuñao se compró el mismo teléfono que tu tienes, cambió su coche por uno coreano y su último viaje fue a Logroño a la calle Laurel, y es entonces cuando te das cuenta que quizás no haces las cosas tan mal cuando hasta tu cuñao termina haciendo lo mismo que tú.

Pues lo mismo pasa con los partidos políticos, están surgiendo como setas los “partidos cuñao”, esos que tenían soluciones para todos los problemas, que todo lo que hacía el Partido Popular estaba mal, y que lo que decía la oposición era más de lo mismo, que todos eran ¡Casta! Y que ellos si que sabían como hacer las cosas.

Pues bien, han pasado las elecciones y estos “partidos cuñao” no han tenido lo que hay que tener para entrar en los gobiernos autonómicos o municipales, pero eso sí, han permitido que la protocasta o la gerontocracia, que tanto criticaban, siga o vuelva al poder para hacer exactamente lo mismo que estos nuevos partidos criticaban.

¿Y por qué no quieren gobernar? Si ellos si que tienen las soluciones y los demás somos tan malos, lo lógico es que en todas sus negociaciones para hacer presidente a protocasta o a la gerontocracia impusieran entrar en los gobiernos y gestionar obras públicas, sanidad o educación ¿no?…

Pues no, lo único que han negociado es cuántos cargos remunerados van a tener, cuántos asesores liberados dispondrán, cuántas plazas en la mesa del parlamento dispondrán con sueldos incrementados, cuánto dinero van a recibir como grupo parlamentario o cuántas tablets y teléfonos móviles, de esos que tanto criticaban de la anterior legislatura, les van a tocar a ellos en esta.

Eso es todo lo que han hecho y, en parte, les comprendo, porque no es lo mismo dar lecciones “de cuñao”, de esas populistas y demagógicas, que tan bien le suenan a la gente, que tener que gobernar, retratarse todos los días y pasar de ser demagogos a objetivo de los demagogos.

Y tienen razón, no es lo mismo ser demagogo y vivir bien de esa forma, que tener que tomar decisiones que dejen en evidencia tu cinismo político. Estos días hemos tenido un ejemplo clamoroso de esa actitud de “partidos cuñao” que han pasado a gobernar y se han cubierto de Gloria.

En Grecia un “partido cuñao” ha querido ser tan demagogo en la oposición como en el gobierno y el resultado ha sido catastrófico para el país, hasta el punto de plantear un referéndum con el único objetivo de que el “marrón de los ajustes” lo aprobaran los ciudadanos y no el partido gobernante de ultra izquierda, pero les salió mal la jugada y el referéndum salió NO.

Era evidente que Grecia tenía que aceptar las mediadas de ajustes si quieren tener futuro para su país tan evidente que, a pesar de que el pueblo griego dijo NO, el gobierno populista ha tenido que aceptar de mala manera los ajustes y tragarse su demagogia y quedar en evidencia.

Y es ese miedo a quedar en evidencia, a ver sus vergüenzas cuando gobiernan, lo que les ha llevado a seguir en la oposición sin querer entrar en los gobiernos.

También me comentaban compañeros profesionales de la política que les parecía lógico “e inteligente” que no entraran en el gobierno por que así no se desgastaban antes de las elecciones generales.

Es decir, que si quieren seguir vendiendo su imagen de “partido cuñao” no pueden tomar decisiones ni gobernar, puesto que entonces la gente se daría cuenta que actuarían igual que los demás partidos (vease el ejemplo de Grecia) y entonces perderían muchísimos votos y que ante esto es mejor seguir siendo “cuñao”.

Sinceramente creo que si te han votado y puedes gobernar debes hacerlo por respeto a aquellos que han depositado su confianza en ti, si no lo haces por estrategia electoral eres sin duda un político mas falso que un duro de chocolate y eso es exactamente lo que hacen “los partidos cuñao”.

Yo es que soy mas responsable, serio, consecuente, solvente, formal y cumplidor, prefiero gobernar y tomar decisiones imprescindibles para el futuro de mi Tierra aunque estas no sean electoralmente rentables, ¡que le vamos a hacer!

Opiniones libres