A VUELTAS CON LA EDUCACION
Es una afirmación habitual decir que los jóvenes actuales están mejor formados en que épocas pasadas.
Evidentemente, ahora se estudia más que antes en el puro sentido cuantitativo. Durante generaciones los padres, con escasos estudios primarios, se esforzaron en que sus hijos llegasen a la Universidad, lo que ellos jamás lograron y era considerado, con razón, la puerta de salida hacia el éxito. Pero las generaciones actuales tienen un nivel ínfimo de formación básica.
Se parte del concepto de que la educación en la etapa franquista era mala, lo cual, sencillamente no es cierto. Una cosa es que hubiese asignaturas que adoctrinasen, como la Formación del Espíritu Nacional, a la que nadie prestó atención alguna o que la historia exaltara las glorias de una forma simplista o que incluso algunos autores como Lorca o Hernández fuesen intencionadamente marginados. Ese olvidado bachillerato de antaño, dedicaba en el curso Preuniversitario asignaturas monográficas al estudio de Góngora, de la filosofía platónica o la colonización de América.
Hoy, los estudios de geografía o de historia se han sustituido por los folklóricos conocimientos locales. La filosofía ha sido reemplazada por una Educación para la Ciudadanía sucedáneo de filosofía simplista y acondicionada a los gustos y ética contemporáneos. El conocimiento de la religión, básica para comprender la evolución de Occidente y de nuestro propio país, es marginado por criterios laicistas en nombre del progreso y ni siquiera se ha conseguido que se aprenda un idioma extranjero con una capacidad básica de conversación, incluso en un país que recibe más de cuarenta millones de extranjeros al año.
Y la prueba de todo ello es que las valoraciones internacionales, los conocidos informes PISA, sitúan a la enseñanza media española en niveles mínimos en matemáticas, abstracción o expresión lingüística. Se ha abandonado el concepto del tiempo y del espacio, que son básicos para situar al individuo en su época y poder enjuiciar los hechos.
¿Quién es el responsable de que hayamos llegado hasta aquí?
Por un lado, los responsables políticos de la educación que con un desprecio total a todo lo anterior han elaborado planes de estudio cambiantes. ¿Cuántos se han elaborado en los últimos 30 años, con la consiguiente desorientación de profesores y familias?.
Se ha buscado el igualitarismo en derechos, sin retener en cuenta el mérito prevalece el derecho a la educación y se olvida el del deber o del esfuerzo como parte básica del aprendizaje. Se ha sustituido la valoración del alumno por evaluaciones permisivas que le faciliten el “derecho” a una educación universitaria, despreciando el concepto de mérito con lo que llegan a la universidad con capacidad limitada de expresión oral o escrita, acostumbrados a l aprobar asignaturas y careciendo del sentido del esfuerzo. Se entiende la Universidad como un derecho generalizado y se olvida su componente elitista intelectual, destinada a formar los más dotados intelectualmente. Y así llegamos a “fabricar” miles de titulados superiores, evaluados mediante exámenes tipo test o por trabajos periódicos que sustituyen el esfuerzo del estudio. ¿Es racional, que un recién llegado a la Universidad realice un “trabajo de investigación” en sus primeros años, cuando aún carece de los conocimientos mínimos de la materia ?.
La formación universitaria implica que el propio alumno sintetice los inmensos conocimientos de una materia. Y lo comprobamos al observar un texto relleno de múltiples subrayados multicolores. Como consecuencia tenemos universitarios incapaces de redactar, con pobre expresión oral, acostumbrados al uso de apuntes e incapaces de sintetizar.
Y por encima de todo, queda la pérdida de la supervisión familiar, iniciada con el ” aparcamiento” de los niños en las guarderías, su posterior delegación de la educación en los colegios y desorientados por planes cambiantes, y el abandono de la supervisión de los estudios mientras se amparan los derechos de los retoños, intolerantes ante cualquier mala calificación, mientras el profesorado, desmoralizado y sujeto a todo tipo de presiones, ha perdido hace ya años su capacidad disciplinaria.
2 Comments
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By La mano invisible, 19 febrero 2011 @ 16:40
D. Gato el sistema es una basura de tal calibre que la única solución es dinamitarlo y empezar de nuevo.
By Garfield, 20 febrero 2011 @ 18:43
Don Gato, su exposición de la realidad educativa española es tan exacta y tan entendible que resulta escalofriante.
Y mientras los sindicatos educativos destruyendo el concepto de autoridad del profesor, seguramente porque lo consideren franquista, que pena.