UNA SOCIEDAD ENFERMA
Articulo publicado enel diario de Madrid LA GACETA
el viernes 17 de junio 2011
«Os dieron a elegir entre el deshonor y la guerra… elegisteis el deshonor, y además tendréis la guerra» .- Winston Churchill
El famoso reproche que Churchill dirigió a Chamberlain por haber cedido a las demandas nazis en aras de una supuesta pacificación, merece recordarse tras lo ocurrido en las últimas elecciones en el País Vasco y Navarra.
La presencia masiva de votos a favor de Bildu, una organización que a su nacionalismo extremo añade la justificación de la violencia etarra, responsable de casi mil muertos, es la expresión de un sociedad enferma. Aunque se culpe al reincidente Tribunal Constitucional el haber permitido el acceso a las instituciones de las listas proetarras, el hecho más significativo es que más de 300.000 vascos han apoyado su presencia, en algunos lugares de forma mayoritaria. Esta situación es el resultado de un visionario entendimiento de la convivencia promovido por los responsables políticos que, desde hace décadas propician la educación nacionalista y el odio en las ikastolas y de gobiernos pusilánimes, que claudicaron ante principios éticos irrenunciables.
Bildu se ampara, no solo en sus votantes, sino en la complicidad del PNV y de quienes arcangélicamente siguen creyendo que la libertad incluye el derecho a amenazar a quienes no piensan igual. Desde hace años el País Vasco muestra, de forma reiterada, su apoyo a quienes han hecho de la lucha armada su ideal independentista. Cuando una cuarta parte del electorado, sostiene a quienes han hecho del asesinato y la extorsión su modo operativo, cuando desde la dirección de los partidos nacionalistas, con ayuda del gobierno central, permite que la hidra siga multiplicando sus cabezas, algo grave ocurre en esa sociedad.
En el País Vasco existen todos los tintes que tuvieron lugar en los lejanos tiempos de la república alemana de Weimar. Las huestes nazis recogían el voto del nacionalismo radical y la sociedad justificaba toda su violencia y les abría, con una concepción perversa de la democracia, el acceso al poder. Mientras, miles de alemanes se exiliaban, otros eran encarcelados y la sociedad callaba. La semilla del nazismo se mantuvo incluso después de la Guerra Mundial, y el resentimiento por la derrota persistió entre los escombros de la derrota. El único modo de erradicarlo definitivamente, fue declara, sin complejo alguno, ilegal su existencia y su presencia electoral y así se ha mantenido desde hace más de medio siglo, sin que por ello Alemania sea una sociedad sin libertades. Sencillamente se empleó el método más adecuado para erradicar una enfermedad y librar a los ciudadanos de su contagio.
En España, tras más de tres décadas de convivencia democrática, en el País Vasco sigue siendo peligroso discrepar políticamente y la vida de muchos exige la presencia de escoltas, porque la amenaza de muerte es cuotidiana. Hoy, la mayoría de su juventud, sus clases dirigentes, sus periódicos, empresarios y profesores, funcionariado público, el clero, los habitantes de los pueblos… apoyan los supuestos derechos de quienes hacen de la serpiente y el hacha su seña de identidad, como otros adoraron las svasticas asesinas.
Fuera de ese entorno opresivo, muchos pensaron que el sentido común acabaría por aparecer, y se renunció a tomar medidas radicales que garantizasen una convivencia en libertad. Se esgrimían como éxitos la detención de terroristas nuevos, mientras se liberaba a los más sangrientos con todo tipo de argucias legales. Se prefirió dialogar de paz con los terroristas, en vez de perseguirlos sin claudicación alguna y nos hemos encontrado con lo que más temíamos: su presencia en los parlamentos.
El País Vasco está enfermo, gravemente infectado por el virus de quienes apoyan al terrorismo, lo justifican o de quienes les conceden cobertura legal. Cuando una sociedad ignora la sangre derramada y elige como representantes suyos a quienes la provocaron, cuando se otorga el voto a los asesinos o a quienes les justifican, se pierde todo referente ético. Y eso es precisamente lo que reflejan los resultados electorales.
4 Comments
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By La mano invisible, 17 junio 2011 @ 19:31
No tendrán días bastantes para arrepentirse de esta canallada.
By leetamargo, 24 junio 2011 @ 20:30
…La locura legalizada, ¿a quién se le ocurre?
Saludos, Javier:
LeeTamargo.-
By casimiro, 15 julio 2011 @ 17:01
estoy de acuerdo en todo salvo en una cosa: elproblema no es que el Pais Vasco se quiera independizar sino a ver cuando coño lo hacen y nos dejan vivir en paz mientras ellos se llenan de un idioma para que nadie les entienda, una tierra sin AVE, y un futuro de mierda
By tomas, 26 julio 2011 @ 13:03
enferma sin remedio