CARTA DESDE ATENAS
Publicado en Diario Montañes, el domingo 11 septiembre 2011
Atenas sigue siendo la ciudad abrasada por un sol resplandeciente sobre un mar de edificios blancos, entre la meseta rocosa de la Acrópolis siempre envuelta en andamios, ahogada en un tráfico caótico de taxis amarillos y calles con aceras degradadas por el abandono de años mientras el viejo barrio de la Plaka, se inunda de avalanchas de turistas en busca de recuerdos baratos.
Pero este verano la alegría ha desaparecido y la crispación domina el bullicio de los viejos tiempos. Las conversaciones se centran obsesivamente entre la crítica al gobierno y la desesperanza. Los comercios exhiben las lunas rotas de sus escaparates, esperando que la siguiente lucha callejera del atardecer complete los destrozos. Por las calles deambulan millares de búlgaros, albaneses e inmigrantes orientales, y crece una xenofobia amenazadora. Existe una irritación generalizada y nadie sabe cómo se podrá sobrevivir bajo la sombra de un futuro angustioso que ha llenado el sentimiento de la población.
–Esto ya no será nunca Europa. Volvemos a ser Oriente—nos dice el taxista.
Y nos muestra los magníficos edificios construidos hace años para celebrar la Olimpiada, sin uso alguno desde su inauguración.
–Ese es el estadio y aquella, la piscina olímpica. No han vuelto a usarse, aunque tienen centenares de empleados.
La situación es aterradora. La subida del IVA, la reducción de asistencia social, el despido de funcionarios, la disminución de pensiones, los impuestos especiales de recargo, la nula inversión pública, la huída masiva del capital privado, amenazan convertir a Grecia en una sociedad sin capacidad de recuperación. Hoy es un país hundido en deudas y sus gentes lo han descubierto de golpe a ka espera de la quiebra generalizada. El euro les equiparaba a las demás naciones europeas, bajo una fiscalidad fantasma y gozando de una riqueza sin esfuerzo. Han vivido bajo la quimera del bienestar, con funcionarios bien pagados, pensionistas generosamente subvencionados y políticos corruptos. Ahora todo se desvanece.
Más de la mitad de la población se agolpa en la masificada Atenas, mientras el resto vive en pequeños pueblos practicando una agricultura casi autárquica y actividades de mínimo valor añadido. No hay industrias ni comercio competitivo. Aunque el turismo es la principal fuente de ingresos, ahora está amenazado por el alza de precios.
–Bruselas lo sabía y seguía dando dinero. Ahora sus banqueros nos ahogan.
El futuro es desolador. Han perdido toda esperanza y saben que se hundirán en la pobreza, pero sin reconocer sus propias culpas. Desde que ingresaron en la UE, utilizaron el valor del veto político en decisiones que requerían unanimidad a cambio de subvenciones generosas. Y los políticos emplearon las riadas de dinero para pagar los salarios de millares de funcionarios que les votaban, conceder fáciles subvenciones, construir estructuras inútiles y enriquecerse en un mar de corrupción generalizada, mientras el pueblo aplaudía disfrutando una riqueza ficticia. Al final, la realidad ha mostrado en qué acaba un sueño. Y eso se respira en la Atenas de este verano de 2011. La irresponsabilidad de sus gobernantes y los ciudadanos que los sustentaban han convertido Grecia en un país empobrecido, cuya inmensa deuda pesará como los mármoles del Partenón sobre el futuro de sus gentes: deberán devolver en dos años, 150 euros por cada 100 recibidos de la Unión Europea, mientras los sueldos caen en picado y aumenta el desempleo.
Cuando abandono Atenas, hundida en un futuro de pobreza y odiando a sus gobernantes, pienso en nuestros ayuntamientos y Autonomías, dirigidas por políticos reclamando competencias para sus feudos, colocando a sus amigos en empresas públicas, empleando el dinero en inversiones inútiles y dejando sus comunidades, con las cuentas falseadas, ahogadas en deudas. Y con ciudadanos que olvidaron en qué consiste el ahorro, acostumbrados a que el Estado asuma todas sus demandas. Como hizo Grecia durante décadas.
¿Habrá que afirmar, como el taxista griego, que esto tampoco es Europa, que Africa empieza en los Pirineos?
1 comentario
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By La mano invisible, 13 septiembre 2011 @ 21:17
Distinguido procer del liberalismo español :Hace poco tiempo el Gobierno Griego, en su suicida carrera , para tratar de sacar? al País de la bancarrota no se le ocurrió otra cosa que implantar un impuesto sobre las piscinas ( es cierto D. Gato ) y sabe cunatas piscinas se dedclararon en toda Grecia…seis¡¡¡, si seis. Con una País así no hay quien haga vida, además ya lo dejó dicho el ilustre filósofo Gila : «Lo tienen todo roto y tirao por el suelo»