LA TRAGALA

Publicado en el DIARIO MONTAÑES, 3 mayo 2012

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Se ha sabido, gracias a  un   comunicado, porque a estas noticias no hay presidente del gobierno, ministro o director general que se atreva a ponerles rostro, que existe el proyecto de iniciar una reinserción social de los etarras encarcelados a través de aulas donde se les inculcarían valores cívicos y democráticos, con el fin de facilitar su apartamiento de la banda, su arrepentimiento e incluso su reinserción a la vida laboral una vez excarcelados.
Tras un periodo sin más víctimas que las que se sienten amenazadas o coaccionadas en su propia tierra, finalmente se ha decidido claudicar. Aquellos años de hierro, en los que se llegaban a contabilizar más de 100 muertos al año por asesinatos, la época del secuestro, el tiro en la nuca, el ametrallamiento, el coche bomba o la voladura de casas cuarteles y supermercados queda para el recuerdo de sus víctimas.
Los presos de ETA, que siempre gozaron de notables privilegios en las cárceles, por decisiones políticas y por temor de los funcionarios, se han mostrado en su inmensa mayoría inmunes a cualquier signo de arrepentimiento. Los gestos de soberbia al ser juzgados, los brindis tras los atentados en sus propias celdas, los comunicados detectados de aliento en la lucha hasta el final… son las manifestaciones de cómo entienden lo que siempre consideraron una guerra de liberación contra la potencia opresora. Han pasado cuarenta años y en el camino han quedado más de 1000 víctimas. La mayor parte de ellas, fueron enterradas rodeados de declaraciones pomposas y el lloro de sus allegados. Gobierno tras gobierno aseguraron que los asesinos serían perseguidos y cumplirían sus penas, pero la realidad es que, de una forma u otra, todos han tratado de establecer contactos con ETA para que esta dejase de matar. En unos casos, la actitud del gobierno fue más decidida, en otros absolutamente dócil, y lo único que obtuvieron fue la ocupación de una gran parte de las instituciones vascas a cambio de nada.
Hemos vivido varias treguas, todas ellas rotas con un nuevo atentado. Se ha dialogado con asesinos fugados, se ha tolerado que comisiones de supuestos valedores internacionales abogasen por los etarras, ha habido centenares de manifestaciones y actos de protesta contra cualquier política de claudicación ante ETA. Todo inútil. La realidad es que, con un Chaos y un Ternera en inútil busca y captura, con Bildu asentada en la cúspide de los centros de poder del País Vasco, con el constante cuestionamiento de la doctrina Parot y con iniciativas como la que ahora se anuncia, un etarra no necesita esfuerzo alguno en arrepentirse. De hecho le ha ido tan bien en su actitud, que será recibido como mártir y como héroe en una próxima y segura excarcelación. Y todo ello por no mantenerse firme no solo en las promesas electorales, sino en lo que el sentido común más elemental demanda: las penas por delitos de terrorismo están elaboradas para ser cumplidas, como castigo que la sociedad, a través de los jueces, impone a quienes atentaron sangrientamente contra la libertad y el derecho a la vida. Una condena centenaria, no puede convertirse en diez años de cárcel y excarcelación por buen comportamiento. La responsabilidad por las muertes y daños causados no puede conmutarse con la simple promesa de no volver a hacerlo. Por un delito contra la propiedad y varios intentos de fuga, un pobre diablo, se pasó varias décadas en las cárceles españolas hasta ser indultado en su vejez.
Ahora se anuncia lo que tiene todo el aspecto de una nueva claudicación y los etarras encarcelados vuelven a constituirse en moneda de cambio para una supuesta victoria sobre la banda terrorista. Pero si el gobierno muestra el menor signo de indecente clemencia, cede al chantaje y la presión de quienes nunca se arrepintieron de sus crímenes que aparezca en público quien así lo asume, para que la sociedad española pueda poner rostro a quien pasará a la historia de la ignominia.
Nadie, salvo sus cómplices, piden que un etarra sea liberado, ni que se le faciliten aulas de reeducación, rememorando el esperpento que Stanley Kubrick ensayó en su película “La naranja mecánica”. Los asesinatos no pueden tratarse con clases, reconversiones ni zarandajas. Y si un Gobierno inicia este camino, desgraciadamente intentado en el pasado es volver a una trágala.

7 Comments

  • By La Mano invisible, 4 mayo 2012 @ 8:59

    Magnífico D. Gato , magnífico.

  • By vasco, 4 mayo 2012 @ 11:07

    Formidable y valiente articulo para vergüenza de un gobierno por los desmanes cometidos por mis paisanos, de los que me avergüenzo

  • By leetamargo, 4 mayo 2012 @ 17:26

    Se equivocan los medios y cualquier gobierno cuando resucitan este tema. No merece la pena perder el tiempo en regalarles publicidad, con todo lo que queda por hacer, con todo el trabajo que queda por crear…
    Saludo:

  • By albert lasry, 4 mayo 2012 @ 20:34

    si como se ve esto sigue adelante, en las prox. elecciones les va a votar sus padres y si nos sale otro zapatero, solo recibiremos lo que esperamos y no unos tios, aparentemente geniales pero cuya actuacion, empezando por «la perfecta trasmision de poderes» las condecoraciones a los que nos dejaron el pais hecho un desastre, no solo economico etc.. con amnistias a chapuceros de CiU etc.. (no sera para que cuando se invierta les indulten a ello ???) en fin que tendremos un dia de playa.

  • By Miguel, 5 mayo 2012 @ 3:22

    Muy de acuerdo con tus palabras, amigo mío.

  • By roberto, 5 mayo 2012 @ 10:53

    Si hacen lo que el ministro del interior intenta que se olviden de que yo vuelva a votarles

  • By Luis Torre, 12 mayo 2012 @ 19:50

    Mi apoyo completo al ministro del Interior. Arrepentidos los quiere Dios.

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