La Tercera Historia: El Substrato religioso 2

La confesión consulta

En este apartado del substrato religioso referiré el relato que, con mucha gracia, contaba Machote en el chigre de su propiedad sobre la confesión de Serafín con don Feliciano, que era natural de San Salvador y era canónigo, dignidad de Chantre , en la catedral de Oviedo. Don Feliciano además de ser canónigo lo parecía; corpulento pero proporcionado, bien parecido, de maneras toscas y poco clericales. Su personalidad queda reflejada en la anécdota que protagonizó en la plaza de la catedral de Oviedo,  una mañana de los días que precedieron a la revolución de octubre en Asturias antes de comenzar la guerra civil española. Se dirigía a la catedral para el rezo diario con el resto del cabildo catedralicio, cuando uno de los obreros que trabajaban en una casa en construcción le insultó mientras hacía el canto del cuervo en son de mofa. Don Feliciano se acercó para preguntarle por la razón de estos insultos cuando sin mediar palabra alguna recibió una bofetada y sin rechistar le ofreció la otra mejilla recibiendo la segunda bofetada. El canónigo sin perder la compostura le dijo:

- Por Cristo cumplí el mandato evangélico de ofrecerte la otra mejilla, pero por Feliciano, el paisano que soy yo, recibe esta hostia pa que escarmientes pa otru día- mientras le arreaba una solemne bofetada que lo dejó tendido en el suelo inconsciente.
 
Don Feliciano pasaba las vacaciones en el pueblo y además de ocuparse de sus asuntos, también ayudaba al párroco en los oficios de la Iglesia. Por Pascua solía colaborar en las confesiones de la parroquia, porque pasaban por el confesionario todos los vecinos del pueblo y no daba abasto un sacerdote solamente.
Machote era un personaje singular en el pueblo y atraía a mucha gente hacia su taberna porque tenía gracia con todos los paisanos, sabiendo decir a cada cliente los cuentos y dichos que más les gustaban. Tenía costumbre de hablar con frases hechas, cargadas de vulgarismos fonemáticos involuntarios, pero que tenían cierta chispa para quien no los hubiera escuchado nunca. Siempre que venía algún amigo forastero solía llevarlo a escuchar a Machote que era uno de los personajes más atractivos del pueblo.

Serafín era un ganadero que tenía buenas propiedades, un buen rebaño de vacas y disponía de dinero en efectivo. Acostumbraba a prestar dinero a réditos a los vecinos que él entendía leales y trabajadores, pero dudaba sobre el tanto por ciento que podría aplicar al préstamo. Conocía, como todos los vecinos de la parroquia, la costumbre prestamista del canónigo, y pensó que confesándose con don Feliciano podría averiguar el tanto por ciento que el canónigo cobraba cuando prestaba el dinero; de esta manera aplicaría la misma tarifa y despejaría la duda que le inquietaba.

Llegaron las confesiones de Pascua y Serafín aprovechó la ocasión para hacer la “confesión consulta”. Una vez que terminó el relato de sus pecados, llegó lo que él entendía más importante para sus intereses y le preguntó al confesor:

- Presto dinero a réditos y cobro el ocho por ciento. Nun sé si     ye pecao.
     
El canónigo le dijo con mucha amabilidad y con el mismo tono de voz:

- ¿Les perres non son tuyes?. Entonces pon el preciu tú. ¿Cuándo vendes una vaca non pides tú por ella?

Preguntó Serafín:

- ¿ Si lo pongo al diez será pecao? .

Respondió el canónigo:

- Eso, Serafín, sería abusivo por tu parte.
 
Contesta Serafín con miedo y descaro:

- Ye que me dixeron que usté lo prestaba tamién al diez.
 
Replica airado el canónigo:

-! Rediós!. Aquí, quién confiesa ¿tú o yo?.
 
Machote cuando llegaba a este momento del relato sentenciaba muy solemne e incluso cambiaba el tono de voz, como una especie de acotación ambiental:

- Rediós ni es cagamento ni es juramento pero está muy mal dicho en aquel caxón en boca de un canónigo.

Y con esta singular confesión de Serafín con don Feliciano, el canónigo, termino la segunda parte anecdótica del substrato religioso en San Salvador.

Moraleja

El señor Bárcenas increpa a D.Mariano:
¡Rediós! Aquí quién confiesa ¿tú o yo?.

Confesionario

6 comentarios

  • Por Perolo, 4 agosto 2009 @ 11:12

    D.Alberto muchas gracias por aportar estos escritos magníficos al común. Es un placer leerle.

  • Por José Luis, 4 agosto 2009 @ 11:36

    Es Ud. el mejor de todos los articulistas. Su capacidad para unir la triste realidad de España a la moraleja de su escrito solo es posible desde la capacidad literaria y la perspicacia política. Muchas grácias..continue por favor.

  • Por de pueblo, 4 agosto 2009 @ 12:48

    Buena historieta, vive Dios. Y sobre todo el final D, alberto. Me gustaría “pasarlo” por el movil

  • Por Verdegasco, 4 agosto 2009 @ 17:47

    Caramba Sr. Rodriguez, es Ud. todo un descubrimiento. Solo le conocia de su actividad en la vida publica, ahora veo que escribe con gran tino.

  • Por Vetusta, 5 agosto 2009 @ 7:46

    Muy bueno, en estos tiempos de incuria intelectual es una alegria la lectura de sus escritos.
    P.D. Puede Ud. situarnos la fecha de tales situaciones…?

  • Por Ricardo, 11 agosto 2009 @ 14:08

    Que bien sienta intelectualmente llegar de vacaciones y ponerse al dia con sus artículos. Cuenta anecdotas, hace reir, mete alguna cuña muy esperada y todo aliñado con el gran Nestor, que consigue que uno se imagine perfectamente la escena de la historieta.

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