¿QUIEN SERA EL CULPABLE?

Publicado en DM el 16 abril

1551041213_551041211-103691779-gettyimages-942825476En todos los procesos electorales los candidatos esgrimen el argumento de la importancia del voto favorable. Ahora los partidos que ven amenazadas sus expectativas, hacen llamadas a la responsabilidad y la necesidad de concentrar el voto útil.

A juzgar por las encuestas  parece quedar claro que las próximas elecciones los socialistas ganarán las elecciones, pero con una cámara legislativa de voto dispersado que dejará la puerta entreabierta a los temidos pactos con los nacionalistas. Nuestra ley electoral, tan criticada como injusta, lleva camino de cumplir medio siglo sin que los políticos se muestren dispuestos a cambiarla. Entre otras cosas, porque siempre les ha venido bien a quienes obtenían mayorías suficientes: tres veces el PSOE y dos el PP. Y porque a los grupos nacionalistas, aquellos que precisamente sienten España como algo ajeno de la que gustosamente se separarían, les favorece el actual sistema, cuando menos compensándoles con inversiones millonarias pagadas por todos los españoles.

 

Ahora, con un socialismo radicalizado, en nada parecido al partido protagonista de la transición, los electores conservadores o liberales aparecen escindidos en tres grupos, que unidos llegarían a la ansiada mayoría absoluta, pero separados conseguirán muchos menos escaños que los que representa el sentimiento de sus votos. Aunque tengan más, obtendrán menor representación y España volverá a ser gobernada por quienes representan a menos de un tercio de los votantes. Ante ello, se clama por el voto útil, anunciando que si quienes no desean volver a los dispendios socialistas o temen su pacto con los nacionalistas,  deben concentrar el voto en una sola opción. Y tienen razón. La mayoría de los encuestados, señalan su preferencia mayoritaria por el PP, Ciudadanos y Vox, pero los dirigentes de estos partidos en modo alguno parecen dispuestos a realizar un pacto  preelectoral.

Junto a los datos de las encuestas aparece una cifra elevadísima de indecisos que dicen aún dudar sobre a quien votar o incluso de si lo van a hacer y de ellos dependerá el resultado electoral final. Pero, ¿realmente dudan o es la manifestación del voto oculto?. Tengo la impresión de que muchas encuestas van a saltar por los aires el día del recuento. El malestar generalizado hacia la clase política es el sentimiento generalizado que inicialmente se manifestó con la aparición sorpresiva de Podemos y ahora con Vox. No muy distinta a lo que viene ocurriendo en toda Europa, donde los problemas económicos, la inmigración no regulada y el desencanto han conducido al surgimiento de partidos nuevos o al hundimiento de los tradicionales, desde  la izquierda y desde la derecha, en Holanda, en Austria, en Italia, en Francia, en Finlandia , en Dinamarca y en Suecia. Por no hablar del éxito de Trump, un presidente que jamás habría encajados en el pensamiento republicano, pero que recogió el mensaje simple y claro de “ America, first”.

La pregunta del millón es clara. Si los tres partidos más decididos a hacer frente al independentismo catalán y a rebajar los impuestos, están realmente dispuestos a hacer lo que prometen recogiendo el sentir de gran parte de  los españoles, ¿por qué no se han puesto de acuerdo en presentar una coalición preelectoral, en lugar de descargar la responsabilidad y la culpa de la dispersión del voto en los ciudadanos?. Cuando  se considera que la situación es de emergencia nacional, tanto por la economía como por la amenaza secesionista catalana, deben prever con antelación qué resultados van a obtener acudiendo separados en vez de ofrecer la posibilidad de concentrar sus votos mediante pactos preelectorales. Es evidente, que si tienen posibilidades de gobernar tras las elecciones, será por un pacto entre ellos, con cesiones mutuas.  Pero también es cierto que para ese viaje no necesitaban esas flacas alforjas. Si lo hubieran  hecho antes, sus resultados serían  mucho mayores. Pero, todos han preferido ser cabezas de ratón.

Quizás se aprenda de una vez por todas una lección: la necesidad de realizar  alianzas pre electorales que eviten el riesgo de perder las elecciones o forzar alianzas a posteriori. ¿Quién será entonces el culpable de todo?. Que no se lamenten, porque la responsabilidad no recae en los electores sino sobre ellos.

 

EL NEGRO PRESENTE DEL AFRICA NEGRA

Publicado en DM el 18 de noviembre de 2018

ivory10_1536-750x500

Es la negra actualidad de cada día. Europa, contempla cómo mueren miles de seres humanos en las aguas del Mediterráneo  sin que nada conmueva las conciencias de una sociedad vieja, rica y amparada en su bienestar, pensando que quienes pretenden llegar en pateras o cruzando fronteras son simples víctimas del tráfico de personas o consecuencia de  una partida para mantener posiciones de liderazgo.  Pero hay algo más. Los inmigrantes que  acuden de Somalia, Eritrea o Sudan,  escapan de las persecuciones y del hambre provocados por guerras tribales. Quienes  huyen desde el Africa subsahariana, de Malí, de Chad, de Níger o de la República Centroafricana, lo hacen por  la sequía que impide sus cosechas, pero también por la persecución yihadista. Las guerras y los niños soldados de Liberia o de Sierra Leona, no son solo la consecuencia del tráfico de diamantes, sino de las matanzas tribales habituales en esas zonas. Los que emigran de Nigeria, de Camerún o del Congo, no lo hacen solo abandonando países empobrecidos, sino  por los genocidios constantes que se mantienen desde su independencia.

Pero olvidamos la raíz de los problemas. Los europeos, se distribuyeron el continente africano en 1885 en la conferencia de Berlín,  diseñando las fronteras actuales y durante casi 80 años se dedicaron a la obtención de materias primas, sin  educar a sus habitantes, sin mezclarse con la población local y obteniendo beneficios como señores feudales a través de compañías comerciales. Todo ello, desapareció con la apresurada descolonización  de los años 60 del pasado siglo, cuando surgieron naciones independientes, que  mantuvieron los límites establecidos por los antiguos colonos. Durante el medio siglo transcurrido, todos los países han sido gobernados por dictadores incapaces  de lograr una situación estable. Ningún dirigente se ha mantenido en el poder sin apoyo militar, ninguno ha sido capaz  de alimentar o educar a sus gentes ni de crear estructuras administrativas o democráticas libres de corrupción y ninguno ha aprovechado sus riquezas naturales.

En Africa se  pretende que naciones surgidas de la noche a la mañana, tengan estructuras comparables a las europeas, que desde su independencia han vivido bajo  la corrupción y la tiranía de sus dirigentes que les ha  conducido a la situación actual: transcurrido medio siglo, su situación es  peor que cuando estaban sujetas a la administración colonial. Al final,  reina el caos y las gentes huyen, no solo del hambre, sino de la inseguridad, las persecuciones religiosas y tribales  o la simple codicia de sus gobernantes. Las imágenes de los niños con vientres abultados y piernas ahuesadas, no están causadas solo por las sequías, que siempre ocurrieron en Africa,  sino por la destrucción de cosechas y ganados y la imposibilidad de que les lleguen ayudas, en zonas de guerra continua donde sus verdugos matan a quienes intentan prestarla.

Para explicar esta situación se culpa a las potencias coloniales que las  administraron durante unos años, clamando ahora por una ayuda europea que ponga fin al hambre y que dedique recursos al desarrollo de esos países, sin contemplar la corrupción y la rapiña de sus dirigentes, auténticos responsables del drama.  Existen naciones imposibles, en pleno desierto, sujetas a una economía de pastoreo o en territorios ricos, donde las luchas tribales continuadas impiden cualquier aprovechamiento de sus riquezas. Cuando se descubren recursos desconocidos hasta hace pocos años, como ocurre en Sudán del Sur  o en Zaire, de inmediato estallan guerras para apoderarse de ellos. El exterminio de poblaciones, por motivos políticos o religiosos en el Africa subsahariana  e incluso en Oriente Medio, son la consecuencia de la acción de sus dirigentes o de sus opositores. El caos de Libia, las matanzas de Burundi y Ruanda, los yihadistas del Sahel, la anarquía de Somalia, son responsabilidad de quienes actúan allí,  no de la maldad occidental. Como ocurre con las atrocidades de los talibanes afganos, la guerra civil siria o la del Yemen, aunque sea políticamente incorrecto afirmarlo hoy día.

Europa ha enviado a Africa como ayuda económica más de 120.000 millones de euros entre 2013 y 2017,  una cantidad diez veces superior al Plan Marshall que Estados Unidos destinó a Europa tras la Segunda Guerra Mundial, sin que se hayan visto resultados, sin contar la actuación desinteresada de los misioneros y múltiples ONGs, ni del gasto que supone el inútil envío de tropas con intentos pacificadores de la ONU. Y si  hablamos de inversiones privadas, casi 10.000 millones en los últimos años, se descalifican argumentando que se destinan a conseguir beneficios económicos, aunque den trabajo y comida a miles  de familias, de otra forma condenadas a la miseria.

Esta es la realidad africana. Un continente de estados fallidos, apresuradamente  descolonizado e infectado por la corrupción, los genocidios, el hambre y las epidemias.

Pero claro, Occidente, es el culpable.

DE SUSTO EN SUSTO

Publicado en Diario Montañes, 10 octubre 2018

                              descargaO de sorpresa en sorpresa. Han pasado poco más de 100 días y ya hemos tenido las dimisiones del Ministro de Cultura por fraude fiscal y de la responsable de Sanidad por falseamiento académico, las conversaciones y amistades peligrosas de la Ministro de Justicia, el  camuflaje del patrimonio personal, del ministro encargado de la cartera de Ciencia, acompañado de su señora, nada menos que embajadora de España en Letonia y Malta. O la ocultación de las propiedades inmobiliarias de la Portavoz del Gobierno. Es decir, que el 17  por ciento de los componentes del actual gobierno hacían trampas fiscales, para pagar menos a Hacienda. No está  nada mal como ejemplo de estandarte contra la corrupción. Y como guinda del pastel, el plagio de la tesis doctoral del mismísimo Presidente del Gobierno.

                  Todo ello junto a las idas y venidas, órdenes y contraórdenes referentes a acuerdos de fabricación de armamento para Arabia, la decisión de no  defender al juez Llarena del Tribunal Supremo, ante la demanda de la justicia belga, para volverse atrás en cuestión de horas; la proclamación de admitir con toda generosidad a los refugiados del Mediterráneo, seguida de expulsiones en caliente en las fronteras de Ceuta y Melilla;  las declaraciones de considerar a Cataluña como un país nada menos que  por el Ministro de Asuntos Exteriores, e incluso las de la Vicepresidente del Gobierno deseando que se liberen los presos que cometieron un acto de rebelión. O las afirmaciones, de la Ministra de Industria, contra el diésel, sin pensar en las consecuencias que se producirían en la industria automovilística. O  de la Ministro Trabajo, a quien le cuelan la formación de un sindicato de prostitutas. O  la responsable de Hacienda reconociendo, pese al griterío antes realizado, que no pueden hacerse  públicas las listas de los que se habían acogido a leyes de amnistía fiscal. Por no hablar de los balones despejados con rostro imperturbable por una Ministra Portavoz, que siempre apoya al futuro cesado, intentando convencer a la parroquia de su honestidad e informándonos, por sí no lo sabíamos, que los misiles para Arabia son tan inteligentes que no matan yemeníes y que el señor Duque había sido astronauta antes de político, como si eso fuera una justificación de su evasión tributaria. Sin duda, hay  portavoces, que mejor estarían calladitos.

                     Pocas veces habíamos sido testigos de tan larga serie de rectificaciones y sorpresas. Pero no es lo único. El gobierno se comprometió a convocar unas elecciones tras su exigua minoría parlamentaria conseguida en una  investidura apoyada por la extrema izquierda y los independentistas, pero desde luego , no es esa su intención. Como tampoco parece que se mantenga una actitud de firmeza frente al desafío secesionista catalán, donde unos ministros dicen una cosa y otros la contraria, hasta llegar a afirmar que lo ocurrido el pasado día 1, se considera dentro de lo aceptable. O el viejo rollo de la fiscalidad de las grandes fortunas — ¡ojalá hubiera tantas en España! — para solucionar las  necesidades futuras, o cargar a la banca con nuevos impuestos, en la angelical creencia de que no repercutirán sobre la ciudadanía. O  que  se piense sostener el  sistema de pensiones, contra toda lógica financiera,  manteniendo su actualización con el IPC.  Y mientras tanto, ¿que pasó de todos los recortes que afirmaban se habían hecho en Educación, en Sanidad o prestaciones sociales?. Nada ha vuelto a saberse de ellos,  aunque , eso sí, se gobierna a base de decretos ley imponiendo como asunto principal la exhumación de los restos de Franco y se intentó elaborar unos presupuestos saltándose la normativa constitucional que exige la aprobación del Senado. Casi nada.

                 Y mientras tanto, el señor presidente, paseando por el extranjero, en un  la gira más larga realizada por dirigente político alguno, sin poder orden en todo este cúmulo de desatinos.

                  Pero es lo que hay. Difícilmente se pueden esperar soluciones, con un nivel tan de medio pelo de los actuales integrantes del gobierno, preocupados en ocultar sus patrimonios o edulcorar sus currículum con titulaciones más que sospechosas.

 

AND THE WINNER IS …

Publicado en el DM , 16 junio 2018

lider 

A la hora de elegir un candidato para asumir la dirección de un partido  político y pretender gobernar un país, hay varias cuestiones que se deben exigir. De una parte la solvencia personal, pero además  que trasmita un proyecto político de alcance nacional que le identifique con un electorado ilusionado por su liderazgo, un  programa económico y un mensaje social.

El mensaje nacional, implica la defensa de España como concepto y la defensa ante quienes pretendan su desestructuración en nacionalidades o autogobiernos. En aspectos económicos, se debe clarificar claramente cuales van a ser las prioridades, si aumentarlos impuestos, pagar la deuda, reducir el gasto público o promover la iniciativa individual. En aspectos sociales, aparte de clamar por la Justicia social, mensaje común exigible a cualquier formación política, debe clarificarse cuales serán las prioridades y qué medidas se tomarán para conseguir el dinero que permita mantener un estado de bienestar. Si en educación se  colaborará con la iniciativa privada o se dará prioridad a la pública. Si se está con Europa con toda sus consecuencias, incluida la política de defensa o no. Qué postura se va a adoptar frente a las olas de inmigración que llegan a Europa. Cuál va a ser la política energética,  si se va a cambiar el sistema electoral, cómo se va a ajustar la dispersión del estado autonómico y cómo van a abordar la modernización de la Justicia. No vale que prometan un AVE o una nueva autopista, ni que van a fomentar la creatividad, la manida I + D, o la cultura como pronunciamientos generales. No vale que se va a crear riqueza y que se reducirá el paro, como tampoco que se va a luchar contra la corrupción y el fraude fiscal. Eso son proclamas al aire. Hay que concretar las medidas sobre política laboral, pensiones y desafío al secesionismo.

Los socialistas, con todos sus devaneos entre la radicalidad o la moderación, a la hora de gobernar nunca olvidan los componentes ideológicos. El nombramiento como Delegado del Gobierno del  Secretario del Partido en Cantabria es un ejemplo claro de que no les tiembla la mano a la hora de tomar decisiones. Podemos sigue empecinado en la quimera de que  todo cambie  y  creyendo que el dinero es maná llovido del cielo. Ciudadanos, aún se debate en casi todos los frentes, salvo en la defensa del concepto de España.

El PP ha demostrado ser un buen gestor, especialmente notable cuando  soluciona los desmanes económicos de los políticos socialistas. Pero luego se queda estancado en los miedos para llevar a cabo su programa ideológico, cada vez más difuminado. No se  puede ofrecer como gobernantes a un cuerpo de tecnócratas por muy cualificados que parezcan. El gran error de su gestión en los últimos años ha sido precisamente dirigir al país olvidando la ideología que debe impregnar toda acción política y la toma de decisiones firmes sin atreverse a corregir con firmeza las imposiciones hechas por gobiernos anteriores y sin conocer otros pactos que los que no vayan acompañados de dádivas económicas al nacionalismo. Y desde hace décadas, sabemos como acaba la fidelidad de estos socios.

Mientras escribo estas líneas, se especula sobre quien dirigirá próximamente al Partido Popular. Acostumbrados al culto reverencial hacia el jefe, siempre  temerosos a los  debates internos,  hay que  esperar un nuevo cónclave que otorgue el cetro de oro al sucesor de Rajoy. Las ideas y los programas, teóricamente, serán los de siempre, que luego no se aplican. Pero entre los candidatos con  quienes se especula para dirigir al PP  se desconoce aún su mensaje político dirigido al electorado de centro derecha. Feijoo es un vencedor en las elecciones gallegas, del que  se desconoce mensaje político alguno a escala nacional.  Santamaría y Cospedal, son brillantes abogados del Estado, de las que se ignora casi todo, salvo su labor parlamentaria. ¿Cambiamos todo para que nada cambie?.  Pronto se pronunciará el esperado  “The winner is … “  y todos a aplaudir enfervorizados.

VIVIR EN LAS NUBES

Publicado en DM el 16 abril 2018

              A1336644290_589754_1336644486_noticia_normalbran las páginas de cualquier periódico, escuchen cualquier emisora de radio o televisión. Los titulares son reiteradamente iguales: Puigdemont y sus afines desafiando al gobierno y los tribunales, denuncias sobre actos de corrupción evidentes o supuestos, y vueltas y más vueltas sobre sí los presupuestos se aprueban o no. Esa parece la España real para cualquier observador.

               Del PP se alaba la gestión económica, que muchos consideraron imposible, pero hay que preguntarse si ese logro será suficiente para volver a ganar la confianza de los electores. Porque por mucho que crezca el PIB, también ocurrió lo mismo en otras ocasiones, igualmente difíciles. La UCD de Suárez tuvo que afrontar una transición política en medio de un caos económico mundial y al final, pese a sus éxitos, desapareció. González transformó España modernizándola y abriéndola al exterior, pero perdió las elecciones, envuelto en escandalosas corrupciones que ya parecen olvidadas. Aznar lanzó económicamente al país de forma espectacular, pero también fue derrotado, envuelto en su orgullo y tras perder credibilidad. Incluso con el mismísimo Franco, el país creció, y ahora su protagonista es un proscrito histórico.

Y es que no sólo de pan vive el hombre. Hoy, además de los problemas económicos a los españoles les preocupa la situación de Cataluña y la corrupción. Perciben una falta de liderazgo político y les irrita ver cómo tras aplicar el temido artículo 155 de la Constitución siguen sin tomarse decisiones políticas valientes, con toda la responsabilidad que conlleva la acción de gobernar, para resolver la situación de desafío al Estado que se mantiene viva. La televisión pública catalana persiste alimentando el separatismo, siguen en sus puestos la mayoría de los responsables del problema y en vez de buscar soluciones acercándose a los más afines, se continua en la descalificación mutua imposibilitando futuros pactos, para resolver los graves problemas nacionales. Que se llame lenguaraz a Rivera puede ser un calentón en un encuentro entre afines, pero supone otra piedra añadida a un posible entendimiento. No deja de ser un sarcasmo que se tilde de imprevisibles o inexpertos a unos posibles socios, mientras se muestra la inoperancia de muchos responsables del Gobierno. Interior es incapaz de mantener el orden en las calles y carreteras de Cataluña, deteniendo a cuenta gotas a algunos de sus protagonistas. Educación se declara impotente para resolver el problema de la segregación del castellano, Exteriores ignora su labor principal de cuidar la imagen de España y lograr la comprensión de sus socios comunitarios, y Hacienda sigue creyendo que los problemas se resuelven dando dinero a quienes más se aprovechan del chantaje nacionalista.

Es cierto que el partido de Rivera se ha mostrado desigual en sus planteamientos, incluso contemplativo con algunos casos de corrupción y extremadamente duro en otros o que la inexperiencia sea una carga que conlleva. Pero muchas veces en política lo que entusiasma al elector es el aire nuevo. La política no es solo administrar un país, porque quizás esa labor la realizaría mejor el director general de una multinacional de éxito, sino en hacerlo atendiendo las necesidades de los ciudadanos y sintonizando con ellos en la manera de pensar. Hay que recordar que en nuestro pasado reciente la situación más difícil tuvo lugar en los años de la transición. Ganó UCD, pero en pocos años, fue derrotada por un partido socialista dirigido por unos jóvenes inexpertos y una militancia de aluvión, porque lo que la ciudadanía pedía era un cambio. Ahora estamos en una situación similar. Hoy, también un líder bisoño apoyado por el desencanto hacia los populares o los socialistas, está creciendo día a día con el simple mérito de haber hecho de la defensa de España su estandarte y de la lucha contra la corrupción su arma principal. Algo que los demás olvidaron, enredados en pactos o enfrentamientos.

Mientras el PP se enroca en la defensa de la gestión económica, sin que sus logros parezcan convencer a los electores, los socialistas buscan una nueva identidad volcándose hacia la izquierda más radical y más alejada del centro. Con estos mensajes de resignación, ni el PP van a levantar a sus alicaídos partidarios, ni el PSOE recuperará a sus electores perdidos. Ya no vale pensar en ser mejores porque los demás son peores. O se suscita una nueva sensación de liderazgo y de cambio, o los dos grandes partidos pueden despertar con una dolorosa resaca por haberse creído los reyes del mambo y vivir en las nubes. Y al tiempo me remito.

ENTRE EUGENIO Y TIP Y COLL

Publicado en DM 23 febrero 2018

                                        TIP Y COLL

Después de cinco meses de haber aplicado el temidísimo articulo 155 de la Constitución, en una reciente conferencia de prensa, el portavoz del Gobierno nos ha anunciado que están contemplando introducir algunas reformas en la enseñanza de los niños catalanes con el fin de dedicar más horas al castellano. Tras las preguntas obligadas de los periodistas, aclaró que no era una reforma de las competencias del Estatuto, sino el estudio de cómo estudiar los estudios de los estudiantes que estudian en Cataluña, estudiando cómo sus estudios podrían reformarse, dejando bien claro que tan solo era un estudio inicial que significaba el estudio cuidadoso de cómo estudiar la aplicación de las mejoras estudiantiles. Ni Tip y Coll lo habrían hecho mejor. Eso lo decía , lleno de precauciones, nada más y nada menos que el Ministro de Educación y Cultura, quien viene ocupando su cargo desde hace tiempo, y al parecer, aún no había estudiado adecuadamente el problema. Y al poco, la Ministra de Sanidad, que como no tiene nada que hacer, salta con una historia distinta. Pues que bien.

Si el ministro del ramo aún no se había dado cuenta de que la enseñanza en Cataluña lleva años ignorando los pronunciamientos del Tribunal Constitucional reiteradamente ignorados por los nacionalistas de la Generalitat catalana sentenciando que debían dedicar más horas a la enseñanza en castellano para hacerla equiparable a la dada en catalán el asunto es más grave de lo que todos conocíamos. Todos excepto el señor ministro y sus directores generales de educación, comenzando por la inspección de servicios y terminando por los fiscales.

Han sido necesarias las continuadas quejas de los padres y de las asociaciones civiles en defensa del castellano en Cataluña, para que el responsable de la política educativa en nuestro país se de cuenta del continuado incumplimiento de las leyes y del adoctrinamiento que durante años se viene practicando en Cataluña. Aquello de que el río Ebro nacía en tierras extrañas, que Santa Teresa nació en Barcelona e incluso que Cristóbal Colón era catalán, nunca fueron motivo de estudio para los inspectores de educación. Al final, miles de jóvenes crecieron con las convicciones que les dieron sus adoctrinadores maestros y, entre ellas, que Cataluña no sólo no es España, sino que constituye un vecino opresor.

Mientras la sociedad catalana ha venido sufriendo las consecuencias de una enseñanza que condicionaba el acceso a puestos de responsabilidad o al funcionariado en función del conocimiento del idioma, y entretanto los gobiernos nacionales miraban a otro lado o, como ahora, estudian cómo resolver el desaguisado, ciertamente tenemos un problema. El mismo que se añade a la inoperancia de un Ministerio de Interior incapaz de controlar lo que hacen los cuerpos policiales autonómicos. O la de un Ministerio de Presidencia, que ignora la existencia de una televisión pública pagada con los impuestos de todos, en la que se siguen defendiendo a los independentistas y contempla al fugado Puigdemont y toda su corte, como representantes legítimos del pueblo catalán. E idéntico al de un Ministerio de Justicia que contempla inane como una diputada autonómica, llamada a declarar por un juez, afirma sin tapujos que la proclamación de la Republica el pasado 1 de octubre, fue una acción premeditada y cierta, sin que el fiscal de turno adopte ninguna medida, imposibilitando al juez que tome la misma decisión por la que otros compañeros de rebelión están encarcelados hasta el día de hoy. O como el ministerio de Hacienda, incapaz de controlar las cuentas públicas de una Autonomía en rebeldía, estudia, — otro con la misma historia — como reducir la deuda catalana mediante generosas quitas económicas, negadas a otras regiones.

Con ese panorama, no es extraño que muchos catalanes, convencidos de pertenecer a un país llamado España se sientan no sólo abandonados, sino incluso estafados por los partidos que se proclaman constitucionalistas y busquen en nuevas formaciones la identidad orgullosa de seguir sintiéndose españoles. Y desde luego, el hartazgo del resto de España hacia quienes dedican toda su atención a vigilar el nivel de la prima de riesgo, el nombramiento de un vicepresidente para el Banco Central Europeo, o el retiro al limbo de qué hacer con el futuro de las pensiones, mientras permiten que el endeudamiento sigue su ascendente galopada, confiados en que los demás son aún peores.

El genial Eugenio se preguntaba: “¿Sabes aquel que diu?…. Uno que va a ver a un adivino, llama a la puerta y le contestan: ¿Quién es?. Y él responde: ¡Pues vaya mierda de adivino!”. Pues en eso estamos. O dejan de estudiar los problemas y toman medidas o las próximas elecciones van a colocar a cada uno en el lugar que se merece.

MAS DIFICIL TODAVIA

n_real_madrid_anti_barca-10621835Publicado en DM 11 febrero 2018

           Señores, pasen y vean, la función ya ha comenzado.

        Ofrecemos el mejor espectáculo del mundo y la sorpresa está garantizada. En la pista de nuestro circo actúan acróbatas, contorsionistas, equilibristas, magos, malabaristas, payasos, titiriteros, tragafuegos, y sorprendentes trapecistas. Hemos convertido lo que antes constituía la maravilla de los niños en la principal atracción de los adultos. Ya no asombran los tigres amaestrados, ni las mujeres barbudas, porque su magia ha sido reemplazada por los canales de televisión con programas infantiles o documentales zoológicos. No hacen ya falta trapecistas, ni tigres rugientes, ni focas sosteniendo globos. ¿Acaso no es más divertido hoy día oír a muchos políticos que el ir y venir de los payasos en la pista?. ¿Qué nos ofrece como novedad el fonambulista oscilando en un cable?. ¿No es más incierta la actitud de quienes hacen malabarismos y equilibrios con las leyes?. ¿Nos sorprende el hombre tragasables cuando todos los días les vemos hacer lo mismo con todo tipo de sapos y donde dijeron digo dicen Diego ?.

En nuestro espectáculo hay actores que, en vez de vestir como arlequines, lucirán lacitos amarillos para que sepamos de antemano cuál va a ser su papel. Los que ganan las elecciones no dirigen la función y quien las pierde acusa a los vencedores de mezquindad por no dejarles un diputado para tener mejor asiento que el incómodo del gallinero. Los socialistas, digieren con bicarbonato su chasco electoral mirando de reojo cómo desmarcarse de los constitucionalistas sin que se note mucho. Los nacionalistas de CIU, responsables de la estafa multimillonaria del 3 por ciento no se responsabilizan de la deuda porque han cambiado de nombre, y con sus mismos dirigentes ahora se llaman PDdeCat y junto a Esquerra Republicana vuelven a las andadas, sin haber renunciado a nada, salvo a lo estrictamente necesario para que los que están imputados y bajo fianza sobrevivan a la función, contactando con los presos, desde sus celdas, vía Whatsapp. Tenemos un ex director de función que hasta ayer insistía en que debía votarse a un fugado de la Justicia, en espera de nuevas demandas al Tribunal Constitucional, aunque fuera candidato por vía telemática o por delegación de voto sin debate alguno, porque el reglamento de nuestro circo no contempla que puedan ser presidentes ni los elefantes ni los ornitorrincos, lo que constituye un autentico dilema que deberán resolver sesudos magistrados. Y más difícil todavía: los de la CUP amenazan con quemar la carpa para que todo cambie.

Entretanto, hemos blindado las fronteras como si llegase una invasión, por si acude nuestro principal protagonista con toda su corte, tras su ir y venir por los helados parques de Bruselas exhibiendo la propaganda de nuestro del espectáculo, aunque al final, el genial artista ha preferido olvidar su papel de payaso-estrella y probablemente, en una nueva pirueta, acabe marchando a Rumanía porque ni Estremera ni Soto del Real seducen a quien prefiere vivir en una mansión de Waterloo, la tierra donde Napoleón perdió sus sueños imperiales, dejando desolado a la alegre muchachada de los lacitos amarillos.

Hay quienes dicen que al final todo se arreglará, pero ofrecemos la incertidumbre de ocultar al personal cuál va ser el desarrollo del espectáculo. Una parte de los artistas quieren repetir la función, con los mismos fonambulistas, los mismos payasos y los mismos titiriteros, ignorando que una parte de los espectadores ya están hartos de esas bromas y equilibrios sobre la pista. Otros protestan e insisten en que debe cambiarse la gala, con nuevos actores. Per aunque la función se retrase un poco, no se preocupen, que la diversión está garantizada, y seguirán oyendo los rugidos de las fieras en la pista, contemplarán las piruetas de los contorsionistas y se deleitarán con las payasadas de quienes han convertido un Parlamento en el mayor espectáculo del mundo mundial. Es parte del más difícil todavía, él no va más de la gracia y se sorprenderán de lo mucho que aún no han visto. Porque todo puede pasar en una carpa como la nuestra donde la diversión está garantizada sin que puedan ver nada parecido en ningún rincón del mundo. Olviden sus problemas, y déjense llevar por la magia que les ofrecemos. Enamórense de nuestros actores, ríanse con las declaraciones de nuestros protagonistas, maravíllense de sus piruetas. No encontrarán nada mejor para olvidar sus problemas.

Y sigan subvencionando la función, para pasmar al personal. Señores, no se preocupen por el precio de la entrada, pasen y disfruten del espectáculo. La función continuará.

EL CASO DIANA QUER

Publicado en Diario Montañes, 22 enero 2018

 

426909-181-260                A un mes de la detención del asesino de Diana Quer hoy sabemos que, desde el principio, estaba siendo investigado y la policía tenía certeza de su culpabilidad, pero seguía buscando más pruebas aceptables para el juez. ¿Qué otras se necesitaban cuando no se ha añadido ninguna mas salvo que la última víctima identificó a un individuo que intentó secuestrarla?. Si llega consumarse, nos encontraríamos con otro caso más pendiente de resolver entre los numerosos sucesos similares ocurridos en esa zona y la policía seguiría buscando, después de año y medio, más pruebas para la Justicia. Sin embargo , la realidad es que no se ha añadido nada nuevo a los indicios que claramente señalaban al Chicle como principal sospechoso, y que tan solo, al ser detenido tras su identificación por la última víctima , se ha aclarado el caso, permitiendo conocer el culpable, y el lugar donde ocultó el cadáver.

Hoy nos felicitemos por la labor policial, pero no se puede decir lo mismo del juez que se resistiría a la detención cautelar del principal sospechoso. Es más ¿han ocurrido otros secuestros o hay otras víctimas durante el tiempo transcurrido sin la suerte de la última víctima?. En otros casos se realiza la detención yante la evidencia de los hechos y la presión del interrogatorio policial terminan confesando. Que es exactamente lo que ha hecho, el Chicle, revelando el lugar donde ocultó el cuerpo, admitiendo que la secuestró, desnudó y estranguló. Si hubo o no violación es ya solo una cuestión de añadir más años a la condena.

Aunque todo el mundo sea inocente en tanto no se demuestre lo contrario , los indicios de culpabilidad en los casos especialmente graves, debieran alertar a fiscales y jueces entre otras cosas para evitar la pérdida de pruebas y nuevos males. ¿No ocurre así cuando alguien es investigado por supuesto fraude fiscal y debe mostrar su inocencia? ¿No pasa igualmente cuando un conductor es multado por exceso de velocidad o presencia de alcohol en el aliento , sin posibilidad de recurso hasta que no demuestre que el radar o el alcoholímetro estaban bien reglados?

Pues en el caso de Diana Quer o la policía solo contaba con indicios lleves o algo falla en un sistema judicial tan garantista de derechos que limita la labor investigadora y posibilita la continuada comisión de crímenes. Aunque el asesino aparecía desde el inicio como el principal sospechoso , ha sido necesario un año y medio hasta su detención. Y esto ha ocurrido casi por azar, cuando se identifica al agresor de una nueva víctima, que coincide con el principal sospechoso. Ahora se investiga también a su mujer como encubridora y convendría preguntarse cómo un sujeto con antecedentes de agresión sexual, traficante de drogas, albañil o pintor ocasional, ha sido capaz de tener tres vehículos, un Alfa Romeo, un Audi y un Fiat, y vivienda propia sin llamar la atención ni de sus vecinos, ni de Hacienda, ni incluso de la propia policía que le vigilaba de cerca, según dicen.

Y justo ahora que se descubre al autor del crimen, con toda la alarma e irritación social el caso conlleva, en el Congreso no se les ocurre más a los partidos políticos de la oposición que intentar la derogación de la ley de prisión permanente revisable, alegando que es una condena perpetua oculta y que impide la reinserción social de los condenados. La ha promovido el PNV con la mirada puesta en los pobrecitos etarras, pero le siguen otros partidos con ese buenismo que busca la reinserción de los crimínales más que su castigo. Y , en vez de interpretar la voluntad popular, la sustituyen por el despotismo ilustrado de quienes pretenden imponer sus criterios a la sociedad que dicen representar. Que se lo pregunten a las víctimas del terrorismo, pederastia o agresiones sexuales.

No es cuestión de que cualquiera de su señorías, tan ocupadas por la reinserción de los criminales , llegue a sufrir en sus propias carnes el dolor de cualquiera de estos crímenes, pero de verdad, que casi dan ganas de ello.

VOLVER A EMPEZAR

Publicado en Diario Montañes 233 diciembre 2017

images                   Lo que todos teníamos se ha confirmado. Cataluña vuelve a encontrarse en una situación similar a la de hace dos meses. La medrosa aplicación del 155 no ha servido para nada, salvo para generar más irritación, como tampoco la precipitada convocatoria de elecciones sin haber resuelto la raíz de los problemas, confiando en que el juzgado de Guardia o el Fiscal de turno se encargarían de ello. Y volvemos a empezar mostrando de forma rotunda la división de Cataluña en dos. De una parte, con el espectacular crecimiento de Ciudadanos, que ha recogido sus votos de un PSOE lastrado en la ambigüedad y del hundimiento de un PP anodino. Y de otra, el mantenimiento de los independentistas, que vuelven a quedar en manos de los antisistema de la CUP. Es decir, la vuelta a la situación anterior, pero con mayor crispación y con unas posiciones tan extremas que difícilmente parece posible un mínimo acuerdo. Para complicar aún más las cosas, muchos líderes independentistas están encarcelados o huidos, y otros imputados bajo fianzas, lo que añade un componente añadido de incertidumbre sobre los siguientes pasos que la Justicia debe tomar y una situación difícilmente explicable ante la opinión pública internacional. Es el resultado de unas leyes electorales absurdas, de gobiernos pusilánimes llenos de complejos, de una oposición mirando de reojo a la Moncloa, y ahora toca afrontar las consecuencias.

               Pero por encima de todo, hay un aspecto clave. El problema catalán ni puede resolverse con medidas legales, ni el Derecho o el Código Penal sirven para combatir los sentimientos. La convicción independentista se ha incrustado firmemente tras años de permisividad suicida y de dejar crecer al cachorro de un tigre, creyendo que se mantendría como un gatito domesticado. Súbitamente, nos hemos dado cuenta de que muerde la mano que le alimento y reclama su territorio. Hoy, la mitad de la población catalana no se siente española y la mayoría del conjunto nacional contempla a los catalanes como arrogantes y molestos vecinos de los que se comienza a estar hartos. Frente a la creencia de no sentirse españoles se alza, con igual fuerza, una reacción generalizada de irritación, en Cataluña y en el resto de España.

                 La convivencia nacional es mucho más que cumplir las mismas leyes, sino la aceptación de la misma identidad. Y no es este el caso catalán, donde el nacionalismo ha evidenciado ser más que una ideología: es un sentimiento similar al religioso, del que no se abjura ni por las miserias humanas de algunos de sus dirigentes, ni ante la posibilidad de un caos económico. Se puede convivir con religiones, razas o lenguas distintas, pero es imposible entre quienes se sienten diferentes y oprimidos, ni hay razonamientos posibles para convencer a un pueblo de que abandone sus creencias religiosas. Esta es la realidad con la que deberemos vivir en el futuro. Serán necesarios muchos años para que cambie el sentimiento de ser diferentes. Y este es el desafío que debemos afrontar o, sencillamente, como decía Ortega, acostumbrarnos a vivir con un problema sin solución.

                 Ahora queda una situación similar a la del pasado octubre pero con una mayor polarización de las dos posturas en litigio y sin que podamos excusarnos en la Cataluña silenciosa. Y aunque Ciudadanos haya ganado las elecciones y triunfado en las diez ciudades más populosas, ya se sabe que todos los demás se unirán en su contra, para defender, no una política, sino una forma de ser.

                  Queda por ver la repercusión que causará en la política nacional futura. Mucho tendrá que esforzarse el PP para reconocer, que pese a sus aciertos macroeconómicos, con ello no se convence a los votantes. Mucho tendrá que meditar el PSOE por sus ambigüedades. Mucho tendrá que reconsiderar la izquierda ante su apoyo al nacionalismo. Mucho tendrán que pensar los
movimientos populistas en su búsqueda de lo imposible.

                 Y mientras tanto, la empresas huyendo de Cataluña, Puigdemont en olor de multitudes y todos un poco más pobres.

SIN SOLUCION

Publicado en Diario Montañes 16 diciembre 2017

images                      Pero,  cómo es que siguen insistiendo con su independentismo, se preguntan muchos. ¿No han visto que son rechazados por todos los países con la excepción de la exótica república de Osetia del Sur?. ¿O como en pocas semanas huían más de 3.000 empresas, bajaba el turismo y aumentaban sus parados?. ¿El ejemplo de sus líderes encarcelados o imputados por delitos graves y el horizonte de prisión no han sido suficientes?. La actitud de sus dirigentes, acatando el articulo 155 de la Constitución ¿no es una prueba de la imposibilidad de seguir con su quimera?. ¿Cómo van a pagar sus pensiones, obtener energía, construir infraestruturas, conseguir créditos internacionales?. ¿Aún no se han dado cuenta de que existe un boicot a sus productos que les empobrece más?. Porque aunque se diga que daña a todos los españoles, esto es solo una verdad parcial. Quien no compra productos catalanes los sustituye adquiriendo otros similares en otras zonas de España.

El sentimiento nacionalista tiene el mismo componente que las creencias religiosas. Cuando alguien está convencido de una verdad que ha sido inculcada desde la propia infancia o cuando ésta ha sido asumida como signo identitario, la raíz de esa idea esta asociada al alma y es muy difícil convencer a nadie de su falsedad. Cuando se cree en una religión o en un dios, los argumentos disuasorios son casi imposibles, aunque ello suponga una vida más dura o riesgo para la misma. ¿Se puede convencer a un musulmán de que coma carne de cerdo, aunque pase hambre?. ¿Dejará su religión el budista que pertenezca a la casta de los parias, aunque este marginado en su sociedad?. ¿Modificaron los cristianos sus creencias pese a las persecuciones ?.

El independentismo ha hecho de su ideología una religión que no se puede cambiar con razones, ni pretender que abjuren de la misma con las leyes. Por muy democráticas que estas sean, siempre les parecerán ajenas e injustas. Ningún razonamiento es aceptable para ellos. No hay diálogo ni pacto posible cuando lo que se exige es todo a cambio de nada.

Muchos catalanes están convencidos de pertenecer a un país de historia utópica, de poseer unos valores superiores, de no pagar sus impuestos a una España que ” les roba”, de merecer más que el resto de los españoles. Así fueron educados durante generaciones y no van a cambiar porque la ley no les de la razón. La defensa del sentimiento romántico de pertenecer a otro país cuya historia se falsea, el convencimiento de sufrir una opresión jamás ejercida y olvidar las continuadas prebendas, la creencia de ser mejores que el resto, están incrustados profundamente en la mitad de su población. Quizás los más jóvenes, con el paso del tiempo abandonen esa quimera, de la misma forma que los niños dejan de creer en los Reyes Magos, pero para la mayoría no habrá cambio posible en sus convicciones, y buscarán en el exterior modelos que justifiquen su estado. Un día Quebec, otro Eslovaquia, otro Escocia, aunque puedan acabar como Kosovo. Unos días claman a Europa. Otros la rechazan. De momento solo los grupos antieuropeístas de ultraderecha muestran una cierta comprensión hacia ellos.

La sociedad catalana esta fracturada entre quienes se creen diferentes al resto del país y quienes se sienten tan españoles como catalanes. Las sucesivas elecciones y encuestas evidencian esta brecha permanente y cada vez más amplia, sin que se observen cambios, porque el sentimiento identitario y supremacista está fuertemente inculcado en sus mentes. Y eso no tiene solución ni a corto ni a medio plazo, ni con un gobierno ni con otro, ni con cambios constitucionales ni sin ellos. Sobretodo, cuando no hay una voluntad clara de imponer en Cataluña las mismas reglas del juego que se aplican en el resto de España. Y por si fuera poco, cuando el candidato socialista propone la amnistía por todos los delitos y daños cometidos, con el fin de regresar a un angelical diálogo de sordos.

Entretanto, Cataluña vivirá en continuo conflicto, se empobrecerá y probablemente ocurra un éxodo, económico y demográfico, inverso al que han disfrutado desde hace décadas. El conflicto, por muchas elecciones que haya, permanecerá en tanto sobrevivan quienes se mantienen en esa creencia. Así que mejor será que aceptemos esa realidad y nos preparemos para vivir en continuo conflicto durante años. Todo por haber tolerado que el nacionalismo impregnase a varias generaciones de jóvenes, mientras tratábamos de aplacar al mismo con cesiones de competencias y alimentándolo económicamente a costa del resto del país.

Opiniones Libres