Candidaturas en fideicomiso
Básicamente explicado para que se entienda, el fideicomiso es una institución jurídica por la cual una persona transmite un bien o un derecho a otra para que esta, a su vez, se la haga llegar pasado un tiempo a un tercero, que es el destinatario último. En el derecho civil español esta figura se contempla en materia sucesoria como forma de sustitución hereditaria, mientras que en el derecho anglosajón se emplea mucho en el tráfico mercantil. Los americanos lo usan para asegurar dotes económicas a sus hijos con las que estos puedan subsistir cuando ellos falten. El bien o el derecho se conservan hasta la cesión final, y pueden incluso mejorar si se administran con la diligencia de un buen padre de familia.
En un partido regional han copiado la idea del fideicomiso y la aplican a sus candidaturas electorales. Eligen un cabeza de cartel que deja la institución antes de empezar la legislatura. Luego, colocan como portavoz a alguien de los que se quedan, para que al terminarse el mandato el que ha llevado las riendas entregue el proyecto a otro nuevo candidato que no es él, y que será otra vez el primero o alguien de su patrocinio. Si el portavoz fiduciario lo hace bien, mejorará las perspectivas de su partido pero sin llevarse ni uno solo de los frutos de su labor. Y si lo hace mal, el candidato fideicomisario podrá desligarse y venderse como un mejor producto, dejando el fracaso para quien ha sido el depositario temporal de la carga de las siglas.
Las herencias suelen ser objeto de disputa familiar. Siempre hay alguien que no se queda satisfecho con el reparto que hace el difunto. A partir de ahí, se forman bandos, se lanzan puyas, y la armonía se esfuma sin solución de continuidad. Y si recibir poco creyendo merecer mucho encorajina, habrá que imaginar lo que cabrea recibir algo para tener que entregarlo después de cuidarlo y sin catar beneficio. Un fideicomiso no parece la mejor fórmula para evitar conflictos mortis causa entre la parentela.
Tampoco parece que el trajín de la sustitución de candidatos de este partido vaya camino de quedarse sin una bronca, o al menos sin alguien muy enfadado, por mucha foto de conjunto que se hagan. Es lo que tiene apurar al máximo las aspiraciones de la gente, y zamparse el crédito de cuatro años de trabajo para que engorde otro. Libres son, por supuesto, de seleccionar a quienes crean los mejores para representar su proyecto político. Pero el fideicomiso electoral parece complicado de gestionar sin herir sensibilidades ni dar una imagen cortoplacista que al final deja saludos retirados y posos de resentimiento. En los partidos políticos, este es el caldo de cultivo de las fisuras, por muchos abrazos que se den los parientes con el deudo aún sin enterrar, además de un aviso a navegantes para que se den por cumplidos si al marchar acaso les dan las gracias.
1 comentario
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By Libertario, 21 febrero 2011 @ 15:27
D. Victor , le recuerdo que en los Partidos se tienen enemigos, grandes enemigos y compañeros.