Con cambiar la web no basta
El Parlamento va a renovar su web. O eso parece, si la campaña que algún periódico regional ha lanzado contra la idea no hace temblar la decisión hasta derrumbarla. Han previsto gastarse más de 320.000 euros (casi 54 millones de pesetas) en abrir ese mundo críptico y aburrido que es la actividad parlamentaria a las nuevas formas de comunicación de la ciudadanía que son los blogs y las redes sociales. De paso, quieren mejorar el canal on line de los plenos, que son un tostonazo que seguro no generan mucho tráfico en la red.
Yo soy escéptico. No tanto por el coste, que sólo siendo elevado garantiza algo digno para una institución como el Parlamento (hoy cualquier puede tener una página web de andar por casa hecha con más voluntad que gusto), aunque el dispendio este cuadra poco con el discurso de la austeridad y la contención, tan de moda. Lo que me temo es que la nueva y cara web sirva para lo mismo que para lo que sirve la actual: para nada.
¿Cuántos diputados que no lo tengan ya –hay varios- van a crearse ahora un blog para contar sus andanzas por el Parlamento? Un blog atractivo requiere esfuerzo y dedicación, e interés. Si sus señorías no lo han tenido hasta ahora, no creo yo que 324.000 euros en una herramienta que les deja un hueco para explicarse vayan a generárselo. El que lo intente con desgana parirá una cutrez. Y como la fama les precede, tampoco veo yo los contadores de sus blogs disparándose con miles de visitas, ni siquiera con cientos. La inclinación de los usuarios tecnológicos a la hora de leer ciberhistorias se mueve por otros derroteros, y un político con un blog no deja de ser un político.
Con las redes sociales puede pasar tres cuartos de lo mismo. Los representantes de los ciudadanos deben llegar al parlamento con una tupida red de relaciones ya construida, que debe ser además tangible. Con las listas cerradas no ha sido difícil que a veces se hayan colado autistas sociales en la cámara, de los que por mucho blog y mucho facebook que usaran no sumarían más seguidores que los que les prestan los partidos que los presentan. Es un adelanto que los diputados vayan a poder usar las herramientas que cualquiera tenemos a nuestro alcance hace tiempo para comunicarnos con nuestro cibermundo y contar, en tiempo real, de qué vamos y qué hacemos. Pero como con el blog, un diputado o diputada sin arte ni interés sincero metido en las redes sociales tecnológicas aporta más bien poco al conocimiento general de los ciudadanos.
La nueva web que el Parlamento quiere subir a la red podrá ser la repera de la comunicación, y pretender generar mucho feedback con la ciudadanía. Otra cosa es que llegue a cumplir ese objetivo. En el imaginario colectivo, los parlamentos quedan lejos, los parlamentarios son un coñazo, y su trabajo es poco y está disperso. Por muchos 324.000 euros que el nuestro se vaya a pulir ahora en pintar la mona de seda, mona se va a quedar. Y los mejores blogs de los diputados serán los que no se hagan, y las mejores redes las que no se creen. Para acercar el parlamento a la calle, una página en internet que vaya con los tiempos está muy bien, pero lo que de verdad estaría bien es cambiar el lenguaje y mejorar la actitud. Sólo un parlamento más accesible en sus funciones y contenido puede provocar colas hasta en la red.
3 Comments
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By Libertario, 19 octubre 2011 @ 14:59
Está bien D.Víctor Javier , los que somos vanguardia intelectual tenemos obligación de plantear estos debates y más vd. en su triple condición de columnista, tertuliano y director de programa radiofónico.
By gatorabioso, 20 octubre 2011 @ 23:04
suscribo el articulo de victor cavia de cabo a rabo
By iphone 5 rumours, 22 octubre 2011 @ 10:39
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