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Me incorporo a Opiniones Libres con la ilusión y la esperanza de estar a la altura de mis magníficos compañeros. Cuando mi amigo, El Austriaco de la Machina, me planteó la posibilidad de aportar mis ideas a este reducto de libertad, pensé que sería una buena idea darle un nombre significativo a mi sección con el fin de que los lectores puedan saber desde el principio a qué atenerse.
Una vez acordado esto, el siguiente paso, obviamente, era el de decidir el nombre con el que a partir de ahora quiero identificar mis opiniones, y he de reconocer que no tuve muchas dudas.
Desde pequeño he crecido bajo la influencia de dos capitanes, El Capitán Palacios, héroe real al que conocí en mi infancia y del que sin duda escribiré en el futuro, y el Capitán Trueno, héroe mítico del cómic y por el que definitivamente me incliné a la hora de presentarme en sociedad.
El Capitán Trueno representa todo lo que de crío quería ser y todavía no he podido conseguir, siempre me atrajo su concepto del honor, su historia de amor casi platónica con Sigrid , el respeto a la palabra dada incluso a un enemigo, la lucha constante contra los sarracenos fanáticos deseosos de imponer su religión o contra los normandos corruptos, el amor hacia nuestra Patria, el compromiso con el cristianismo, la defensa del débil frente a los déspotas y la alegría de vivir que compartía con sus amigos y fieles escuderos Goliath y Crispin.
Creo que todos los que hemos leído las aventuras del Capitán Trueno soñábamos con ser como él, aunque desafortunadamente la vida es mucho más complicada que un cómic y en muchas ocasiones no es tan fácil defender tus ideas, tus principios o tu religión frente a hordas de los modernos sarracenos o corruptos normandos.
Por eso, y como este rincón de internet me permite pensar y escribir lo que quiera, he decidido que quiero ser como el Capitán Trueno, pero dado el respeto y admiración que siento por el personaje, antes que suplantar su nombre en mi beneficio, creo que debo empezar mi carrera militar literaria desde abajo, por tanto me presento ante ustedes como El Alférez Trueno, deseoso de ascender en el escalafón militar repartiendo mandobles a todos los que, desde el poder mal utilizado, desean imponer sus intereses a los individuos libres, y repartiré tanto a los sarracenos integristas como a los normandos corruptos, eso si, siempre bajo el lema que marcó mi infancia,
! Santiago y cierra España ¡