Una reforma laboral valiente es imprescindible
Vengo escuchándo desde hace tiempo a Yogi y Bubu o si lo prefieren, a Hernández y Fernández, amenazar con que si se reducen «los derechos de los trabajadores» será inevitable una huelga general.
Parece que los derechos de los trabajadores por los que se preocupan Pili y Mili, son únicamente de los que mejor lo tienen, es decir, de los que tienen trabajo fijo y de los funcionarios.
De los casi 5 millones de parados, de los que trabajan con contratos precarios, de los que tienen contrato por obra y son despedidos sin indemnización, de los prejubilados, de los autónomos y de todos los demás que ven en peligro su trabajo, ni a Batman ni a Robin les ha parecido oportuno hacer un «llamado» a la huelga general.
España necesita un sistema laboral que sea capaz de generar oportunidades de trabajo, no cortar carreteras ni parar trenes, en el que si una persona es despedida no se desespere pensando que no va a ser capaz de encontrar un nuevo trabajo.
No podemos tener un sistema laboral en el que la decisión de despedir a un trabajador dependa únicamente del importe de la indemnización.
El anquilosado sistema laboral español crea situaciones en las que pequeñas empresas con dificultades no pueden afrontar la indemnización de despido de un trabajador y, como resultado final, se produce la desaparición de la propia empresa porque, entre otras cosas, en esa situación sería más barato despedir a toda la plantilla.
La flexibilidad de horarios es imprescindible, y es cierto que dificulta la «conciliación familiar», pero la pregunta que debemos hacernos es… ¿qué es mejor para una familia, estar en el paro o trabajando?…
Vamos a vivir años en los que derechos de los trabajadores que se creían irrenunciables van a ser eliminados con un objetivo último por el que todos debemos luchar, mejorar nuestra competitividad.
En un mundo globalizado, donde los costes laborales son los que marcan la estrategia de las multinacionales, no podremos competir en igualdad de condiciones con los países emergentes si no somos más flexibles y austeros.
Una reforma en la que se plantee como medida principal reducir la indemnización por despido de 45 días a 33 no aportará nada a nuestra economía, porque de hecho, la mayor parte de los despidos se producen o por fin de obra, o por término de contrato temporal o por causa justificada por cierre de la empresa.
Mientras, por ejemplo, las tiendas del centro de Santander no puedan abrir los sábados por la tarde porque no lo permite el convenio y los grandes centros comerciales abran hasta los domingos, no se podrá competir en igualdad de condiciones y, como ya está ocurriendo, los pequeños comercios seguirán cerrando destruyendo más empleo.
Por ello es importante remarcar que el primer derecho de un trabajador es ¡TENER LA OPORTUNIDAD DE PODER TRABAJAR!, pero con planteamientos sindicalistas del siglo XIX, y cuando se plantea una huelga general como objetivo y no como instrumento, Pierre Nodoyuna y Patán, los que deberían aportar las soluciones al drama del paro, se convierten en el principal problema.
3 Comments
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By Fuentecaliente Alc, 5 junio 2010 @ 16:36
Estoy muy de acuerdo en casi todo, pero los funcionarios no somos el cancer de la economia española, somos un buen chivo expiatorio. Desde 1985 el poderadquisitivo de los funcionarios ha descendido un 45% (alguién dira que otros el 100%), cuando las vacas eran gordas en la construcción cualquier paleta con todos mis respetos ganaba casi el dobleque yo (funcionario médico grupo A), y a todo el mundo le parecia perfecto. Había dinero pues BMW, Merceditas y lo que sea que para eso hay pasta. Un control sobre los funcionarios y una adecuación delos puestos de los funcionariosme parece perfecto, pero yo no tengo «visa», ni gastos de trabajo, ni coche oficial, ni dietas, y además me tomo muy en serio mi trabajo.
By Libertario, 5 junio 2010 @ 17:05
Lo paradógico es ver como los teóricos defensores del mal llamado estado de bienestar con su sectarismo y amenazas han impedido la viabilidad de un sistema que reventará en breve. Por eso la reforma laboral necesaria para mejorar la situación no será posible.Los progres defensores de los trabajadores lo impedirán condenandoles al paro.
By El Alférez Trueno, 5 junio 2010 @ 17:14
El problema nunca serán los funcionarios, sino el clientelismo de los políticos que engordan estructuras burocráticas en su beneficio, el último ejemplo lo tenemos con los 40 trabajadores que han entrado a dedo en el nuevo edificio de tabacalera.