El éxito del cinismo como herramienta política

Cada día está más claro que en política no se puede decir la verdad, se tiene que decir lo que los votantes quieren oir y, a continuación, y una vez que te han votado, hacer lo contrario a lo  que se ha dicho.

El único requisito para que esta deplorable forma de actuar tenga éxito es no dudar a la hora de defender, con la misma vehemencia, tanto lo dicho antes de que te voten como lo dicho después de que te voten.

Si eres capaz de hacer esto, tu carrera política tiene un brillante futuro. Ejemplos de grandes cínicos los tenemos en España  a cientos.

Desde Felipe González con su OTAN NO y que finalmente llevó a un socialista, ministro suyo, a ser Secretario General de la OTAN, hasta el más reciente Rubalcaba  (curiosamente también ministro con González) con su frase para la historia de «no merecemos a un gobierno que nos mienta…» y que es exactamente lo que está haciendo él desde el gobierno.

Ya sé que estáis pensando en alguien más cercano y que, sin duda, representa la esencia del cinismo en política.

Alguien que, como ha escrito mi compañera de blog Licinia, es capaz de pasar de oponerse a un centro comercial, a pasar por encima de su propio cadaver y comprar en el delicatessen de esa gran superficie.

Alguien que es capaz de plantear una campaña electoral defendiendo el Santander-Mediterráneo para luego arrinconar esa «prioridad» echándole las culpas a nuestros vecinos vascos.

Alguien que es capaz de definir a su candidato a una alcaldía como el único honrado y poner las dos manos en el fuego por él, y luego lapidarlo en la plaza del pueblo.

Alguien que es capaz de formar gobierno con la derecha y en 24 horas pasar a ser de izquierdas de toda la vida.

Alguien que es capaz, durante 7 años, de marear la perdíz con el AVE por la meseta para luego transformarse en un «cruzado en Tierra Santa» por no inaugurar una piedra en Palencia.

Es cierto que el secreto de un político cínico está, en parte, en la colaboración de los medios de comunicación que, o bien por cobardía, o bien por intereses espúreos, no le recuerdan su pasado, pero también es culpa de todos nosotros, los que ejercemos el voto cada cuatro años, que conductas y faltas de respeto a los ciudadanos como estas  las pasemos por alto a la hora de ejercer nuestro sufragio.

Espero que en las próximas citas electorales, la sociedad cántabra y española reflexionen el sentido de su voto y no permitamos que la cualidad más apreciada para ser político sea el cinismo.

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3 Comments

  • By Libertario, 28 junio 2010 @ 6:49

    Y la mentira, no olvide la mentira elevada a categoría de arte por algunos.Lo peor es comprobar como en España sale gratis mentir en política.

  • By Burruco, 28 junio 2010 @ 22:45

    Es curiosa la memoria histórica de la sociedad. Solo nos acordamos de lo que algunos quieren que recordemos, cada cual del personaje de turno que mejor nos cae; Somos «borregos» que siguen a un pastor, sin discriminar, tragamos todos los pildorazos que nos dan.
    ¿Será esta una consecuencia más del bajo nivel educativo existente?

  • By Fuentecaliente Alc, 29 junio 2010 @ 14:51

    El cinismo esta entre el curriculum de muchos politicos y no pasa nada

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