Santander, Santander…

Santander está estupenda, que no cambia. Si acaso ’algunas palabras’, como dice un antiguo compañero de expartido. En los 15 días en dos veces que he estado, he notado que ya ha salido de 1.915 para adentrarse toda loca en 1.920. Por el Paseo de Pereda sólo me ha faltado cruzarme con Alfonso XIII. Lo de la smartcity apenas lo he notado. Pero eso es normal. Entre que el asunto es mitad tecnología  invisible y mitad humo del alcalde, pues no se ve. Como a los concejales, que de los 27 que tiene el ayuntamiento nada más que me he encontrado por la calle con uno, el de Autonomía Personal. Quiero pensar que el resto, incluida la oposición, está trabajando mucho en sus despachos, aunque en el edificio consistorial me ha parecido que sigue habiendo pocas luces.

La obra ´de Botín´ avanza a buen ritmo. Las cosas que pagan los privados es lo que tienen, que no se pierde el tiempo ni el dinero. No he podido ver lo que están haciendo para lo del campeonato de vela en 2.014, excepto el reloj patrocinado (sorprendentemente por E.ON no) colocado en la antigua plaza del Generalísimo. Supongo que también van bien, a su ritmo de obra pública (o sea, acabándose deprisa y corriendo, un 50% más caro de lo previsto, e inservible desde el principio). Lo que si va rápido de narices es lo de las rampas y las escaleras mecánicas para subir de Numancia a General Dávila. El recorrido ya está lleno de vallas y abierto en canal. Falta que se rompan tuberías del agua y se partan cables de alumbrado, pero eso ya llegará. Un buen amigo mío dice que cuantas más molestias ocasiona una obra, mejor es apreciada después por los vecinos. Y a esto se aplica muy bien el ayuntamiento.

Al alcalde le ha dado un viento antifranquista, y va a cambiar el callejero. Poco, no sea que la sociedad santanderina no esté madura para estas medidas. De momento, una calle, General Mola por Ataulfo Argenta. Si eso, dentro de 5 o 10 años, escoge otra de las decenas que tiene Santander con nombres de ilustres personajes de la dictadura y le pega un lavado de fachada. O le da por retirar monumentos, que también tiene bastantes donde escoger. De momento, esto lo que hay, que viniendo de donde viene la decisión, encima habría que tirar cohetes. Por cierto, que me enteré por un suplemento nacional dominical (casi me ahogo con el café) que De la Serna tiene nueva novia. Nada que decir de eso, por supuesto, y mi máximo respeto. Lo que ’embababa’ al articulo es que le hicieran tanto la pelota, y tan cutremente. Que si galán de cine, que si cinéfilo aficionado, que si caballero valeroso (por aquello de que atrapó una vez a un ladrón de ropa). Vamos, una cosa muy de Santander y su provincia, que también hubiera dado para mucho en esa divertida sección de toda la vida de El Diario Montañés ’Verano Vivo’.

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