En el mes de agosto de 2011 publiqué un artículo con el mismo título que este. En el mismo señalaba como los países en donde la libertad, el imperio de la ley y la separación de poderes eran reales, sus ciudadanos vivían mejor, no porque tuvieran ningún tipo de superioridad intrínseca, vivían mejor y también más tiempo, al ser unos países democráticos con el capitalismo como sistema y los otros no.
Vistos los datos a lo largo del tiempo se constata indubitadamente, que aquellas naciones que han ido conquistando espacios de libertad mejoran los indicadores socio / económicos que hacen que la gente esté cada vez mejor y que los derechos democráticos sean menos conculcados.
Hasta principio del siglo XIX la humanidad no evolucionó económica y socialmente, llegando hasta un 70 % la población que se encontraba en la pobreza, casos de España o Austria. Por mucho que pueda sorprender a quienes únicamente se alimentan de discursos apocalípticos, vivimos en el mejor momento de la historia, a pesar de la muy extendida creencia de que el mundo va a peor.
Mantener tesis contrarias a la supremacía del capitalismo, que ha propiciado la mayor riqueza, mayor bienestar y menor vulneración de los derechos humanos en toda la historia de la humanidad, es un enrrocamiento que no conduce a nada más que mantener la nostalgia de quienes continúan echando en falta la presencia de Vladimir o se resisten a admitir el fracaso de un keynesianismo que goza de una inexplicable » buena prensa» gozando siempre del beneficio de la duda, siendo juzgado por sus intenciones que no por sus consecuencias, traducidas estas en mayor gasto público, más impuestos, prominente endeudamiento y problemas a corto / medio plazo, es decir, cuando llega el momento de pagar la juerga.
Malos tiempos para la lírica, se dice, cuando esto está peor mientras que exponer una visión desde planteamiento de libertad se encuentra alejado de la opinión de mucha gente influida por el presentismo, que no tiene en cuenta la evolución sostenida en el tiempo en todos los aspectos, tanto sociales como económicos. En donde la situación está peor es donde no hay democracia, donde la base del desarrollo en competencia libre no se encuentra bajo el imperio de la ley.
No me refiero únicamente a la situación de la España presente en donde las cosas están mal sin visos inmediatos de solución, siquiera de mejora, me refiero al conjunto de países en donde ha pasado lo contrario. No hay indicador socio / económico que no haya evolucionado favorablemente en las últimas décadas y aunque esta evolución lo ha sido en sentido general cabe señalar que la situación de bienestar estable y constante tiene unas características diferenciadoras clave : Señalemos los indicadores que queramos, esperanza de vida, mortalidad infantil,, nivel de renta, atención y dotaciones sanitarias, índice de lectura, salarios … lo que queramos. Con estos datos comparados, se evidencia la imbatible superioridad del capitalismo y la libertad para alcanzar los mejores estándares de bienestar para los ciudadanos, aunque como en todo están las excepciones, caso de España que con un 40 % de paro juvenil ocupa el liderazgo de tan amargo ranking.
Al capitalismo se oponen y tratan de desacreditarlo quienes defiende ideas y soluciones que en donde se aplican han dado lugar a los mayores niveles de miseria y pobreza, además de restringir lo más importante de todo: La libertad.
Las humanidad tiene capacidad para arreglar más problemas de los que produce, siempre que pueda hacerlo, pues la libertad para actuar permite que las cosas mejoren, siempre y cuando su enemigo natural, El Estado, no imponga su fuerza y arbitrariedad.