La democracia es un régimen de opinión pública en donde los actores protagonistas no son lo que son, sino lo que el público perciben que son.
Esto es lo que es y a pesar de ello las actuaciones de los impostores de la cosa pública, desde meapilas del buenísmo de alma negra como tinta de cachón o los aparachits falsificadores de vidas y biografías, continúan con sus torpes empeños para que sus patrocinados aparezcan mucho en los medios, en lugar de hacerlos aparecer bien, con lo que cualquier nimiedad les sirve en el empeño, no tratan de construir reputaciones sólidas basadas en contenidos relevantes, actuaciones políticas importantes para la vida de la gente, ofreciendo por lo tanto, una imagen de trabajo consecuencia del esfuerzo y respetar al elector cumpliendo los compromisos adquiridos.
En la búsqueda de la relevancia, habiendo interiorizado que estamos en un régimen de opinión pública que algunos no tienen asumido, no pueden limitarse con las actuaciones trufadas de voluntarismo bien intencionado, esta es una dedicación muy profesional si se pretende alcanzar relevancia y respeto, además de la utilización adecuada de los «ingredientes» disponibles con los instrumentos utilizables.
En los últimos años la situación ha dado un enorme cambio propiciado por la tecnología, que como está asequible al común deja muy vulnerables a todos, dado que los emisores de los contenidos deben tener muy presente a un receptor con mayor capacidad de verificación y contraste que nunca, teniendo además una posibilidad de respuesta no vista hasta el momento.
No cabe duda que la última campaña de las presidenciales USA con la «virtuosa» unión de internet, la inteligencia artificial y los datos convertidos en el oro negro de la nueva manera de relacionarse, en donde el emisor busca ventaja competitiva traspasando responsabilidad al ciudadano obligándole a un ejercicio de contraste ante la mercancía averiada ( San Martín remenber ) que pretendan colocarle.
En estos momentos la clave está en ( disponiendo de información fiable y relevante ) escoger adecuadamente los soportes y los medios, pues una de las mejores cosas que han permitido las redes e internet es hacer vulnerable al tramposo, descubrir la mentira.
Por lo tanto cuidado a la hora de aparentar una imagen no cierta o trasladar un mensaje trucado, pues aunque siempre se ha tratado de disimular defectos ensalzando virtudes ahora ya se sabe, te descubren y la trampa se extiende urbi et orbi.
